Trabajadores de aplicaciones dicen que han bajado sus ingresos producto de la alta cantidad de gente que opta por esta pega.
En medio de las pandemia, los repartidores son los dueños del espacio público. De los pocos en movimientos un escenario frío y a veces perturbador. Y aunque muchos crean que se están hacen la América con la contingencia, los trabajadores de aplicaciones de delivery se encargan de aclarar que también les ha afectado el bolsillo. ¿La razón? Sus colegas se han multiplicado en las últimas semanas.
Leonel Cerpa (27) y su hermano Gianfranco (30) trabajan hace más de un año en la aplicación Rappi. Son venezolanos, llegaron hace cerca de dos años a Chile, cada uno invirtió 500 lucas en sus respectivas motos y, aseguran, al principio le alcanzaba bien para parar la olla.
"Antes de la pandemia, trabajando los siete días de la semana, podía ganar cerca de 600 mil pesos mensuales. Eso era bastante bueno para mí, a pesar de que paso casi 10 horas diarias en mi moto", cuenta Leonel.
Agrega que con la llegada de la enfermedad comenzaron a proliferar los rappitenderos. "Por un lado, eso es bueno porque la gente tiene en qué trabajar en tiempos tan difíciles. Pero eso nos ha afectado: cada uno tiene menos pedidos diarios". Antes hacía 15 y ahora unos diez, aclara.
Su hermano Gianfranco añade otro problema derivado del temible virus. "La gente tiene menos plata y algunos no nos dan propina. Si antes ganaba 600 mil, ahora sólo obtengo 450 o 500 mil pesos", asegura.
Desde la empresa Rappi aseguran que sí han aumentado los repartidores. "En un período normal tenemos 4 mil conectados a la aplicación. En este contexto, tenemos 7 mil activos de un total de 55 mil inscritos", informaron.
Bajón
Kevin Vallanilla (27) también es del país llanero. Hasta la llegada de la pandemia, laboraba en un restorán, donde ganaba 330 lucas mensuales. "Quedé cesante y por necesidad invertí en una moto para trabajar en Uber Eats", relata.
"Al principio no me iba mal. Ganaba hasta 20 mil pesos diarios trabajando unas 10 horas. Pero ahora sólo he sacado entre 10 a 12 mil pesos al en un día. Hay mucho repartidor para poca demanda. Además, la gente se está quedando sin plata y prefiere salir a comprar", asegura.
Coincide con los hermanos Cerpa en que las propinas también son escasas por la contingencia. "Es entendible. La gente prioriza en otras cosas. Lo máximos que me han dado son mil pesos en los últimos días".
Piden igual
Jeireliana Ibáñez (24) también trabaja en Uber Eats, pero ella reparte en bicicleta. Es casada y madre de dos hijos, y dice que ahora ella no le está alcanzado. "Antes trabaja cuatro horas diarias y ganaba hasta 70 mil pesos mensuales. Mi esposo también trabaja en esto y estábamos bien de dinero", afirma.
La llegada de pandemia golpeó con fuerza la economía del hogar. "Gano menos. Quizás unos 30 mil pesos a la semana. No creo que la gente esté pidiendo menos para llevar; el problema es que está saturado de repartidores en toso Santiago", finaliza.