A esta altura es una de las tradiciones republicanas mejores preservadas por los chilenos. El famoso cuadro presidencial debe estar en cada una de las instituciones públicas de nuestro país, eso incluye comisarías, colegios, hospitales y también La Moneda.
Lo que sí es sorpresivo, para los más adeptos a Michelle Bachelet, es que el famoso cuadro con la fotografía de la ex jefa fue rápidamente reemplazado por protocolo por la del actual Presidente Sebastián Piñera, quien posó junto a un fondo verde plagado de árboles para la ocasión.
Reciclaje
Lo que poca gente sabe es que, pese a ser retirados por el personal de cada establecimiento, los marcos no son ni quemados, ni desechados. Lo único que se hace es retirar la foto antigua y remplazarla con la nueva cara.
"El tema radica en que los cuadros son propiedad de cada establecimiento, su compra se realiza solo una vez", comentó Juan José Bruna, encargado de prensa de la presidencia.
"Lo que sí suele ocurrir, es que los mismos trabajadores se quedan con las fotografías", agregó Bruna.
Histórico
Ahora bien, sobre el origen de la tradición, se remonta a fines de la década del 1830, cuando estaba de presidente Manuel Bulnes.
"En esa época nace la necesidad de consolidar la construcción de nuestra estado y nación. A partir de esto se mandan a construir retratos de los presidentes.
La iconografía, ya sea a través de la pintura o fotografía, cumple un rol fundamental en sentirnos chilenos", explicó el historiador Martín Lara.
"La construcción de los cuadros era muy distinta a la actual, antes se usaba la pintura y los marcos eran de madera sólida enchapada en oro", agregó el especialista.
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