Ricardo Muñoz es el único chileno que puede regalarle 500 estrellas del cielo a su señora, sin meter la mula ni ser un romántico chanta.
El caperuzo astrónomo de la Universidad de Chile descubrió un cúmulo de estrellas globulares que orbitan muy cerca de nuestra Vía Láctea y anotó su nombre en los confines de la galaxia, mucho más importante que el mismísimo “Dr. Spock”.
La “Muñoz 1” no es un lote de astros cualquiera. A diferencia del Sol, que vive aislado, este cúmulo se mantiene unido gracias a la gravedad. Más encima, esta agrupación es uno de los objetos más viejujos del universo, y se formó casi con el “Big Bang”.
Pero lo que hace más asombroso el descubrimiento del chileno es que los cúmulos globulares tienen cerca de 100 mil estrellitas, pero la “Muñoz 1” solo suma alrededor de 500.
Esto es una verdadera rareza del cosmos, la que cachó mientras trabajaba como investigador para la Universidad de Yale en la montaña Mauna Kea, de Hawai.
“Me di cuenta de que había un grupo de estrellas que estaba muy cerca de la Vía Láctea. Lo primero que pensé es que estaba viendo un cúmulo que ya se conocía y yo no me acordaba que estaba ahí. Fui a mirar un catálogo y supe que había encontrado algo nuevo”, recordó el profe Muñoz.
Aunque es súper humilde, el descubrimiento de uno de los objetos más antiguos del universo lo llena de orgullo.
“Es una emoción súper grande, difícil de explicar, la sensación de haber sido el primero que vio eso”, sentenció este padre de dos niños, quien hoy saludará a su esposa con un ramillete de 500 estrellas.
Aparte del “Muñoz 1”, existe el “asteroide Hamuy” y el “cometa González”, ambos descubiertos por capos criollos del espacio.