En el Vaticano el Papa Francisco I invistió ayer a 19 obispos, quienes fueron nombrados como nuevos cardenales de la Iglesia Católica. Entre ellos, el chileno de origen italiano Ricardo Ezzati sacó nueva pinta.

Fue en la Basílica de San Pedro donde el religioso recibió el atuendo rojo de manos del Santo Padre de los católicos. Nombramiento que ahora facultará a Ezzati, por ejemplo, para participar en la elección de un nuevo pontífice, en caso de que fuera necesario.

Un cargo que, según dijo en su discurso el Papa Pancho a los 19 que se transformaron en cardenales, "necesita de vuestra compasión sobre todo en este momento de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo".

Capelo

Después de sus palabras, el máximo jefe de la Iglesia Católica entregó a Ricardo Ezzati y sus compañeros los signos que distinguen la percha de un cardenal. Esos son el gorro cuadrangular rojo (capelo o birreta) y el anillo.

Entre los cardenales figuran cinco latinoamericanos, cinco italianos, un alemán, un británico, un canadiense, dos africanos (Costa de Marfil y Burkina Faso) y dos asiáticos (Corea de Sur y Filipinas).

Además, a cada uno le asignó una iglesia o diaconía de Roma, como símbolo de su participación en el cuidado pastoral.

Con todas estas cosas, el arzobispo de Santiago se convirtió en el séptimo religioso chileno en asumir este cargo en la historia.

Después de recibir el tocado rojo, el salesiano señaló en una entrevista a la agencia AFP, que "deseo colaborar con el Papa Francisco a fin de que la experiencia de la Iglesia en América Latina, contribuya a rejuvenecer el rostro y la misión de la Iglesia".