Yolanda Sultana nos receta tres rituales que te favorecerán con este elemento: protección, limpieza y protección contra la mala suerte.
Desde hace miles de años, la sal se ha impuesto como uno de los minerales apreciados por la humanidad. Tanto se la quería, que en tiempos de Roma antigua se pagaba con este elemento, que se llamaba salarium y que pasó a nuestros días como salario o sueldo.
Pero este producto natural tiene otros usos, como señala Yolanda Sultana: "Aparte de dejar ricos nuestros platos y alimentos en general, la sal tiene utilidades mágicas, de protección, limpieza y buena suerte".
Por eso, la mentalista y consejera apunta a tres rituales con este elemento.
- Limpieza del hogar: para desechar las malas energías acumuladas en tu casa, pon medio limón en cada esquina de las habitaciones y les espolvoreas sal en cada mitad.
- Chao personas negativas: si en el trabajo una persona te echa a perder la jornada, te perjudica y todo cerca de ella te hace daño... ¡usa sal! Pon alcohol en un vaso mediano, agrégale siete cucharadas de sal, revuelve. Luego escribes el nombre de el o la mala leche en un papel y lo metes al vaso. Tras siete días, tira el papel a la basura y bota el líquido por el desagüe.
- ¡Fuera mala suerte!: cansada de tanta fatalidad en la familia y la pega, agarra un puñado generoso de sal gruesa, échale a un plato, toma unas hojas de laurel molidas, tritura tres dientes de ajo con una cuchara y mezclas todo. Luego recorre los rincones de tu hogar espolvoreando la mixtura y rezando por tu bien. Deja eso por un día y después lo barres, siempre hacia afuera de tu casa, y lo reunido lo escurrir con agua.