Roberto agradece su victoria contra la maldita pasta base

Dicen que la adicción a la pasta base agarra más fuerte que un cocodrilo, por eso la rehabilitación se convierte en algo que hay que agradecer.

Así lo hizo Roberto Meléndez, quien el mediodía de ayer partió a pata desde su casa en el paradero 28 de Santa Rosa con dirección al santuario de Lo Vásquez, situado a 77 kilómetros de la capital.

El obrero, que se gana los porotos pintando casas a domicilio, quiere agradecerle a la Virgen María haber dejado atrás su adicción gracias a su ayuda, y a su propia fuerza de voluntad, lo que le ha permitido prosperar en la vida y ser feliz.

El pintor no es la primera vez que peregrina rumbo a la región de Valparaíso, porque lo viene haciendo sin interrupción desde los siete años, cuando lo hacía junto a su papá. Como ya tiene 34 años, ésta se convierte en la 27ª vez que recorre la tremenda distancia.

"Algunas veces lo hice en bicicleta y aunque suene raro, uno se cansa más que caminando porque si lo hace a un ritmo cómodo uno llega bien", explicó el obrero que camina junto a su hija y una sobrina.

Las recomendaciones del curtido peregrino son llevar mucha agua, un buen gorro para el sol y echarse bloqueador hasta en el ombligo. 

Peregrino

Para el Huaso Peregrino caminar a Lo Vásquez es como para la "U" salir campeón: algo rutinario. El conocido personaje fue a agradecer que su señora volvió a caminar, y contó que desde 1990 ha recorrido más de 12 mil kilómetros a pata desde que entonces se puso en marcha para agradecerle a Sor Teresa el haber mejorado de un tumor en una rodilla.

De esa fecha Rubén Naveas se ha enfrentado a decenas de desafíos siendo el más extenuante la vez que unió en 1993 Santiago con Buenos Aires en 40 días, en donde debió subir y bajar la cordillera de los Andes a puro pulso.

En la Ruta 68 más adelante caminaba una pareja compuesta por Carolina Cáceres y Cristián Astorga. Los tortolitos iban a agradecerle a la Virgen la recuperación de la mujer quien estaba postrada por una depresión. 

Resulta que el 2009 murió el papá de Carolina y, además, debió dejar su casa de Las Condes por una en Pudahuel debido a problemas económicos.

Lo importante es que ya se puso de pie y tuvo la fuerza para ponerse a caminar con la intención de no detenerse ni siquiera durante la noche, para llegar hoy a la misa del medio día. Su secreto: llevar agua congelada.

Lo Vásquez: películas hot querían pasar piola en medio de los santitos | La Cuarta

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