El ejercicio es simple, casi como calcular los kilos que usted subirá para el "18": la última vez que la "U" ganó en la Ruca, Rodrigo Echeverría tenía 6 años. De eso poco recuerda, pero luego comenzó a asistir al estadio y luego como jugador quiso cambiar la historia. Algo que, por ahora, ha sido más difícil que sacar el "en pelotaaa" del himno azul.
¿Acaso lo cantó? Sí, igual que otras muletillas de Los de Abajo, que integró hasta que tuvo una chance en el club, donde soñaba con seguir los pasos de Aránguiz, "Carepato" y Ontivero. No, ese no. "Mis amigos son de la barra, iba a todos los partidos, a veces viajaba e incluso hice las caminatas al Monumental, siempre viví la emoción de la galería", recuerda el "comodín".
Eso sí, en 2015 fue enviado a préstamo a Iberia y en 2016 llegó a Everton, donde tuvo más pega que el community manager de "Pajarito" Valdés. Ahí sedujo a Hoyos, que probablemente le encontró una aire a Schweinsteiger y volvió a su casa, cachando que la zona de volantes estaba ultra poblada. Pese a ello, jugó de titular ante Audax por Copa Chile y recibió elogios.
"Agradezco el apoyo que me dan, voy a esperar mi oportunidad y, ojalá, aprovecharla. No voy a poner cara si no me toca jugar, siempre estoy a disposición del cuerpo técnico, ya sea para ir de titular, si voy a la banca o si no me citan. Pienso en el equipo, no individualmente", contó Echeverría a La Cuarta.
Se subía a la micro por atrás
-En la "U" sobran volantes... ¿Mejor competir por un puesto en defensa?
-¡Donde sea! Estoy disponible y no tengo excusas. Aparte, me siento más maduro, di la vuelta larga, pero creo estar con otro roce, más confianza y mejores cualidades técnicas y físicas.
-Eras uno de los pilares de Everton...
-Estaba cómodo y peleando arriba, trataba de concentrarme en mi presente, pero nunca me desconecté de la "U". Más encima nosotros estuvimos peleando el torneo pasado hasta que recibimos a Colo Colo.
-¿Mucha bronca?
-Claro. Ese partido lo queríamos ganar, hasta el último minuto lo buscamos. Nos hicieron el gol y dijimos "ya, la suerte del campeón". No fue así, terminé feliz y celebré el título internamente.
-Prácticamente eres un barrista en el camarín...
-Echo de menos todo eso, pero ya estoy centrado en que soy jugador profesional, tengo que darle a la gente la alegría que yo pedí cuando estaba ahí.
-¿Pagabas en la micro?
-Jajajá, nos subíamos por atrás, llevábamos las puertas abiertas, cantando, con las banderas... Eso no se olvida.
-¿Y qué te pasa cuando ves a Rozas dándole un "me gusta" a un amigo colocolino?
-Siempre he apoyado a mis compañeros, Iván se arrepintió, no estuvo bien y lo aclaró. Sé que ama al club y es igual de hincha que yo. No lo castigo por un "me gusta", sé que la mayoría lo interpretó de cierta manera y lo bueno es que pidió disculpas. Ojalá el tema quede ahí y no reciba pifias, no lo merece. Sabe que cometió un error y quedó ahí.
-¿Es distinto lo que puede dar un jugador-hincha?
-Mientras el equipo funcione, la gente estará feliz, pero claro, entrar de la galería a la cancha y estar en el camarín es un aporte importante al club, los compañeros se dan cuenta cómo siente la gente y se entregan al máximo.
-¿Tu misión es contagiar a tus compañeros?
-Siempre que puedo trato de traspasar el sentimiento. A veces vemos videos de la gente que viaja, no juegas con menos de 20 mil personas, hay incondicionalidad. Eso es la "U".
-¿Entiendes las quejas por jugadores con pasado albo?
-Los hinchas son especiales, tienen ese odio que es "normal" hacia gente de la contra, pero acá los compañeros se entregan al máximo y cuando llegan se vuelven hinchas del club. Después del clásico surgió este tema, pero la derrota fue responsabilidad de todos. Creo que merecen una oportunidad tanto ellos como los que lleguen, que demuestren que por algo están en la "U" y que van a mojar la camsieta.
-La última... ¿Con qué canción de la "U" te quedas?
-¡Ufff! Esa que dice que cruzaré el desierto por ti, cruzaré los mares y te alentaré... (Un beso y una flor).