Rucio Farkas pidió "igualdad" social en terruño tras bajarse de su limusina

Leonardo Farkas Klein (40) no se anda con chicas. El jaguar de la minería llegó a votar cerca del mediodía en una espectacular limusina negra y acompañado de un asistente personal que también las ofició de guardaespaldas.

Apenas bajó del vehículo, en la entrada del colegio Sagrado Corazón de Santa María de Manquehue, la gallada se le acercó para darle  su apoyo como presidenciable.

"Tírese nomás, yo lo apoyo", dijo un caballero, mientras un abuelo le presentó a su nietecito. "Un placer", contestó el ondulado  empresario. Otros chistosos le preguntaron si le daría propinas a los vocales de mesa o si le gustaría ser vocal. Él respondió con un escueto: "Sería simpático".

Farkas lucía un espectacular traje del sastre "Ermenegildo Zegna", confeccionado exclusivamente para él. Lucía una camisa blanca y pañuelo rojo "Ando con los colores de Chile. También tengo botas huasas, pero son de piel de avestruz".

Luego le preguntaron lo de siempre: "¿Y se tira para presidente?"

Farkas sonrió y contestó al toque: "Seguimos pensando la posibilidad. Nothing is impossible". Y agegó "Me gustaría que los políticos ocuparan la palabra transparencia (...) Te lo digo de corazón: Me gustaría que tuviéramos una casa para cada chileno, podemos llegar a ser un país desarrollado, no con tanta pobreza y desigualdad Yo entregué 400 casas para la gente necesitada, cómo no va a poder el Gobierno. Soy un empresario, un soñador, un artista, un romántico..."

MAGIA

Antes de ingresar a la urna de la mesa 25, Farkas se mandó otra de las suyas. El periodista  Sebastián Eyzaguirre, de CQC, le pidió que le multiplicara un billetito de dos luquitas.

El rucio palogrueso prendió como pasto seco. Sacó una abultada billetera de 10 kilos y tras un pequeño truco de magia le transformó el humilde billete en uno de 20.

Luego votó por primera vez en Chile y hasta los vocales le echaron la talla: "Ojalá que se le olvide la lapicera", dijo uno.

Farkas intentó marcar el voto con su lujoso Cross pero le pasaron un humilde lápiz a mina. Al terminar su deber cívico dijo: "Voté por el bando contrario".

VOCAL SE PERDIÓ FINO RELOJ DE LEO

Para algunos el presidente de la mesa 25, donde votó el multimillonario Leonardo Farkas, es un hombre íntegro y de ética intachable, pero para otros es el gran merecedor de la corona del "Rey de los... ingenuos".

Enrique Barberis (63) fue el hombrón encargado de entregarle los votos al empresario de cachirulos rubios, quien luego de sufragar se despidió amablemente del presi de la mesa.

En ese momento, Enrique no pudo evitar hacerle una broma al jaguar de la minería: "¿Cambiemos el reloj?", le dijo en plan tallero. Al toque, Farkas comenzó a sacarse su reloj de oro rosado con incrustaciones de piedras negras, que, según las malas lenguas, cuesta cerca de 10 palitroques. Enrique quedó pálido y sólo atinó a decirle: "No traje mi reloj",

- ¿Está arrepentido de no andar con reloj?

- Nunca me voy a arrepentir. Si hubiera traído el reloj, lo cambio.

- ¿Por qué no le pasó por último el Casio de su compañero?

- No. Yo no tenía qué dar, si no tengo que ofrecerle, tampoco puede recibirle algo.

- ¿Y tenía reloj en su casa?

- Sí. Tengo un Longines, pero no es más caro que el de él. Hoy salí apurado y primera vez que no lo uso.

Ronald Henríquez M.

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