A mediados del 2012, el ruso Maxim Molokoedov se hizo famoso por saltar desde el "óvalo" de la Penintenciaría de Santiago a las cancholias del fútbol profesional, cuando Frank Lobos se movió para enchufarlo en el plantel profesional de Santiago Morning.
Durante un año entrenó y alcanzó a jugar en la "B", además de disputar la Copa Chile, pero en julio del 2013 y cuando incluso llamaba la atención de otros clubes, Maxim se fue de vacaciones a su tierra natal, aprovechando la reducción de su condena, pero nunca más volvió a Chile.
Desde ahí que nunca más se supo del paradero del famoso rubio, que aprendió a hablar "chileno" en la cana, hasta que un apóstol de TVN lo pilló en su pobla en pleno San Petersburgo.
"Me fui de Chile por un tema económico. Santiago Morning dijo no hay más plata para ofrecerte, cuando vuelvas de vacaciones vemos si podemos hacer algo. Iba a ganar 300 mil pesos y era muy poco. Aquí yo gano como 400 lucas jugando después del trabajo. Y eso jugando en el barrio", desembuchó el Maxim, que ahora se dedica a hacer alcantarillados como obrero de la "constru".
Mafia
Es que a pesar de su talento con la pelotita, que incluso fue alabado por el mismísimo Claudio Borghi cuando visitó la "Peni" siendo DT de la Roja, el "caeza e' pichí" como le decían en la "Peni" no tuvo suerte jugando en el FC Trevis & VVK de la "B" rusa porque encontró todo demasiado turbio.
"Se me hizo difícil seguir jugando porque acá hay mucha corrupción y mafia. No era simple", desembuchó Molokoedov, que igual se pega las quebrás con una pequeña colección de camisetas y un short de la Roja, que se llevó de nuestro country.