El chillanejo Aarón Flores Vega (28) ya tiene un palco golden plus al lado de don Jecho: ha logrado reunir a más de 100 familias con algún integrante perdido por décadas y ha encontrado personas extraviadas por todo el mundo.
Y como si fuera poco, ha rescatado pajarones que se pierden de puro abacanados en la alta montaña. "Todo sale de mi propio bolsillo, porque es algo que me gusta. Poder ayudar es como un don que tengo y quiero dedicar mi vida a eso", explica este alumno de Trabajo Social.
La vocación la sacó de sus abuelos, Óscar Vega y Nora Burgos, "que siempre ayudaban a todos, como fuera posible. Entonces, crecí viendo eso y disfrutando de eso también", contó.
Si bien había participado de las primeras búsquedas cuando ingresó como voluntario a la Cruz Roja, el primer rescate bacán fue en 2009, cuando una familia chillaneja andaba verde por encontrar a su hija que se había ido a trabajar por el verano a Estados Unidos. Lo último que supieron de ella era que se había enamorado de un cuate enchulado que se la engrupió a punta de rancheras y se la llevó a vivir a su país.
"Fue muy complejo, pero empezamos a trabajar con gente de la Cruz Roja de Estados Unidos y buscamos en todos los registros posibles, de los hoteles y partes en que habían trabajado, hasta que al final la encontramos. Le pedimos que escribiera una carta de puño y letra para escaneársela a su papá, y así le llegó plata para volver a Chile. Fue un tema muy delicado, porque este joven la tenía retenida", relató.
La hazaña le permitió ganarse una beca para estudiar técnico en Urgencias Médicas, en México, y fortalecer sus métodos de búsqueda de personas, al punto que desde Carabineros y la PDI le han solicitado ayuda en más de una ocasión. "Y jamás he cobrado un peso por hacer esto, ni tampoco pido créditos, ni reconocimiento, lo que realmente me satisface es ayudar", asegura.
EXPERIMENTADO
Su experiencia le ha permitido resolver casos en 24 horas, como cuando dio con una señora en Talcahuano, a quien su familia no había visto hace más de 27 años. Él viajó (con sus lucas, como siempre) para decirle que sus hijos la andaban buscando y los reunió.
Pero hay otras que han sido más cuáticas, como cuando dio con un hombre en Puerto Montt, a quien su hijo que jamás había visto lo quería conocer. "Eso no tuvo un buen final, porque el hombre me dijo que a él no le interesaba conocer a este joven. Es doloroso volver con esas noticias; además, no podemos revelar la ubicación de las personas sin su consentimiento", contó el chillanejo, quien ni toma ni fuma por puro amor que le tiene a la vida.
Hoy, Aarón está en la sureña localidad de Cochrane, donde dicta un curso sobre rescate en alta montaña, lo que ha desarrollado en sus años como miembro de Bomberos de Las Trancas (Termas de Chillán) y de Rescate Andino. Pero, además, "estoy haciendo los trámites para armar acá en Cochrane una ONG dedicada a la búsqueda de personas extraviadas en zonas inhóspitas. Ojalá nos resulte", remachó.