Tres sacerdotes y uno en Aysén fueron suspendidos de sus funciones a raíz de denuncias de abusos sexuales a menores que pesan en su contra.
El primer caso ocurrió en Temuco, donde el obispado confirmó que tres sacerdotes de la diócesis fueron sancionados canónicamente tras ser acusados por abuso sexual a menores.
El primero de ellos, informó el comunicado, es el sacerdote Pablo Walter Isler Venegas por "abuso sexual de menores", por lo que se le prohibió -a perpetuidad- ejercer públicamente el ministerio sacerdotal y de trabajar pastoralmente con adolescentes y jóvenes.
También se le impuso la prohibición definitiva de residir dentro del territorio de la Diócesis San José de Temuco y de visitar sin previa y expresa autorización del Ordinario, las parroquias de Lautaro, Imperial y Traiguén. La Iglesia reveló otros casos que afectan a la diócesis de Temuco. El del sacerdote Juan Carlos Mercado Elgueta y el de José Vicente Bastías Ñanco.
En el caso de Mercado, la Iglesia informó que "a mediados de 2013, después de la investigación previa a raíz de denuncia por abuso sexual a menores, presentó su renuncia al ministerio sacerdotal".
En cuanto a Bastías Ñanco, quien actualmente enfrenta un proceso penal canónico por abusos sexuales a menores, "se encuentra suspendido temporalmente del ejercicio público del ministerio".
INVESTIGACIÓN EN AYSÉN
La noche de este lunes, en tanto, el Vicariato Apostólico de Aysén, tras una denuncia por presunto abuso sexual a una menor por parte del presbítero Porfirio Díaz Reyes, que habría ocurrido en la parroquia de Puerto Aysén, en 2002, declaró que "se inició una investigación canónica preliminar (…) como medida cautelar, el presbítero queda suspendido del ejercicio público de su ministerio sacerdotal".