"Popeye" Salazar se comió con espinacas al Halcón Garcés

El anunciado terremoto para la zona central del país, ayer tuvo su epicentro en los guantes de Paulo Garcés.

¿Intentó afirmar la tele y se le terminó cayendo? No, pue'. No seamos malaleche.

Ve que el portero albo está más bajoneado que la Amanda, luego de saber que su hija abandonada es la Anita.

Es que tal como en la teleserie de Mega, ayer la Ruca vivió un capítulo de alto impacto: Álvaro Salazar ocupó el lugar del "Halcón" en el pórtico y quedó en evidencia, una decisión que Pablo Guede había tomado el lunes pasado.

Tras revisar una y otra vez la jugada que le quitó los tres puntos en Quillota, el técnico decidió que el parralino no podía seguir entre los 11 bendecidos y así se lo hizo saber en un largo y franco hablamiento.

En el momento indicado

Entonces, "Popeye" -cachando que ahora es cuando- redobló sus esfuerzos en las prácticas y demostró la misma humildad que poseía cuando era el tercer atajapepas del Cacique.

Por lo mismo, no dijo ni pío cuando el preparador de arqueros -René Díaz- le hizo sudar la gota obesa a un costado de la cancha de entrenamiento.

Bajo la atenta mirada del adiestrador argentino, Díaz y Salazar intentaron mejorar los aspectos más "débiles" que tiene el canterano: su juego con los pies y la inseguridad que produce la falta de juego.

Y aquí nos detenemos para hacerle un queque a Garcés, porque nunca dejó de apoyar a su compañero y realizó varios ejercicios extras sin alegar.

Es que en aquella charla que tuvo con su "jefe", supo que no estaban cerradas las puertas para él en los tres palos.

No obstante, comprendió que lo mejor para él y la institución es sacarse la presión de encima, para luego volver en gloria y majestad.

Aunque al menos, ante Palestino lo tendrá que ver desde la banca. Porque es la hora del formado en Macul y así lo ratificará hoy el "Puto Amo", en su tradicional conferencia de los jueves.

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