Es una amalgama perfecta entre la suboficial Ellen Ripley, de Alien, y la exquisita Tomb Raider. Guapísima, pero más peligrosa que piraña en bidé, porque la mueve una obsesiva sed de venganza, de esa que se engendra desde cabro chico y se lleva a la tumba.
Samus Aran es la protagonista de Metroid, la exitosa saga de Nintendo que arrancó en 1986, en formato NES, y que el próximo martes sale al mercado en su última versión para Wii, con el apellido Other M.
Suena a historia repetida, pero a la bella Samus le mataron a sus viejos cuando tenía 3 años, en medio de un ataque pirata a su colonia K-2L que comandó el maléfico Ridley.
La huerfanita fue recogida por los Chozo -unos alienígenas más feos que pegarle a la abuelita-, quienes la adoptaron y convirtieron en una máquina bélica en el planeta Zebes.
Samus se transformó en una temible cazarrecompensas de la Federación Espacial, lista para darle tolola a los malditos de siempre.
En Metroid: Other M, la tercera versión para la consola Wii, la muñeca se vuela en onda retrospectiva y revive su ruda formación como mercenaria de la Federación. De hecho, se reencuentra con el comandante Adam Malkovich, su jefecito ito ito que la guiará en la estación espacial Bottle Ship, la locación donde se desarrolla la historia de este juego.
La mole artificial donde concurren Malkovich, Samus y el lote de soldados galácticos tiene tres escenarios para la entretención: Una selva tropical, un domo para matarse de frío y un ambiente volcánico para chamuscarse las cejas.