"San Platacho" le llevará hasta Barney a pitufos terremoteados

No habían pasado ni dos horas desde que la tierra se remeció brutalmente el 27 de febrero cuando Héctor Jesús Berríos Rojas (53) agarró una camioneta y con su familia se fue a la devastada zona de Iloca, en la Región del Maule, a repartir mercadería.

Así es el "Platacho" de la población San Gregorio en La Granja. Un hombre con la panita más grande que la jaibona torre de Titanio que está dispuesto a meterse la mano al bolsillo para ayudar a los desafortunados.

Esa triste tarde de febrero, luego del terremoto y posterior tsunami, el vulcanizador llegó cerca de las 10 horas a la devastada zona. En su automóvil cargaba 100 litros de aceite, cien kilos de azúcar, la misma cantidad en harina, 200 paquetes de fideos y otra caleta de porotos y tallarines.

"La idea era cocinarles, pero no había nada en esos lugares. Así que la metimos en bolsitas y las fuimos repartiendo en la costa y por los cerros", señaló Nanito.

Ese día terrible, además, el "Platacho" le prometió a los damnificados que para la Navidad les llevaría regalos y ricas cositas para comer.

Como el hombre es de verdura, este 25 cumplirá su promesa y en un minibus que compró a cuotas va a transportar hasta los poblados de Iloca, Idague, Junquillo y Licantén 700 regalos, 500 completos, quinientos dulces y medio millar de bebidas.

Además lleva trajes de Mickey, Barney y de otros monitos más para que el resto de su achoclonada familia entretenga a los pitufos.

"Gracias a la ayuda de la Serviteca León y Cia, que me regala neumáticos usados, pude comprar algunos regalos. También vamos a armar un pequeño escenario", contó.

"Si se hace algo, hay que hacerlo bien. Yo ayudo en lo que puedo, porque no soporto ver a un niño pasando necesidades. Hago un llamado a todos los empresarios y personas que manejan mucho, pero mucho más dinero que yo, para que también pongan un grano de arena en esta Navidad", reflexionó el "San Platacho".

HISTORIA

Todo comenzó en 2000. Nanito era un chichita que chupaba todos los días como guarén de playa, hasta que el Todopoderoso lo iluminó. En agradecimiento el trabajador se comprometió a ayudar a los necesitados. Junto a sus cinco hijos, su señora y su nuera laburan en una vulca ubicada en la calle El Tabo en La Granja. Hace años que mantienen un comedor abierto en su palacete, donde entregan todos los días raciones de alimentos a los más humildes.

Para todas las Navidades, "San Platacho" se viste de Viejito Pascuero y celebra almuerzos con niños de campamentos cercanos. ¡Ídolo!

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