Sangrado de encías: enemigo silencioso

Si existieran más campañas educativas y más conciencia de autocuidado, quizás tendríamos menos adultos sin dientes. No es mucho esperar que se informe y advierta a toda la población, incluidos los niños, que la salud bucal es tan importante como el peso y la altura. Que ir al dentista es un control tan necesario como el del pediatra, ginecólogo o cardiólogo. Algo estamos haciendo mal para que los chilenos tengan tan abandonado el cuidado de los dientes. Es tanta la falta de conciencia e información, que cuando a las personas les sangran las encías, en general, no se inmutan.

Yo les pregunto, si se lavaran las manos y durante el proceso éstas sangraran, ¿no se preocuparían?, ¿no consultarían de inmediato a un especialista? Entonces, ¿por qué creen que es normal que les sangren las encías? Pues no lo es, es sinónimo de que hay una enfermedad periodontal que puede derivar en la pérdida de dientes en largo o mediano plazo. Se provocan principalmente por mala higiene bucal. En la primera etapa de la enfermedad (gingivitis), las encías pueden estar rojas y sangrar, por ejemplo, durante el cepillado. En la segunda etapa más avanzada (periodontitis) los dientes se pueden empezar a soltar, porque se reabsorbe el hueso y así se puede perder una pieza dental.

El sangrado de encías es una advertencia: algo está muy mal en tu boca y puede empeorar, es una enfermedad lenta y silenciosa con lamentables consecuencias si no se trata. Para tranquilidad de todos, el tratamiento es rápido y si consultas a tiempo, muy poco invasivo. Se trata de limpiezas profesionales con técnicas y tecnología que eliminan bacterias, sarro y la infección. Luego de esto, mantener las visitas cada 6 meses como mínimo. La mejor noticia es que puedes llegar hasta el final de tus días con tus dientes naturales, depende ti.

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