Una mala jugada de su joven corazón habría traicionado a Marcela Paz Morales Ortega (21), quien tras acompañar a una amiga al penal Colina 1 ahora está acusada de ser cómplice de un preso en varias estafas telefónicas.
"Ella fue un día a visitar a alguien a la cárcel, conoció a este reo y comenzaron una situación sentimental. Ahora son matrimonio y ella luego comenzó a hacer la receptación de las especies, por lo que fue detenida", explicó la teniente Francisca Aros, del Departamento OS-9 de Carabineros.
De acuerdo a la investigación policial, Morales estaría coludida con su pareja, el recluso Orlando Valdebenito Vargas (38), quien según los uniformados cumple una condena de 10 años a la sombra por un robo con intimidación.
La chiva que usaba el interno, detallaron los verdes, era llamar al tuntún a números de red fija con el chamullo de que era "su sobrino regalón".
Si la persona que contestaba picaba el anzuelo, el sinvergüenza empezaba a sacarle información al incauto y luego le pegaba el sablazo argumentando un lío con Carabineros, el que podía arreglarse a lo compadre.
La policía sostuvo que cuando la víctima pisaba el palito, Marcela llegaba en toco hasta la casa de los estafados, donde recogía la plata y las especies de valor que servirían para solucionar el falso enredo legal, y luego se echaba el pollo.
La mujer, quien actualmente está embarazada, fue formalizada por el delito de receptación y quedó libreta, con la obligación de firmar una vez al mes. Otro integrante de la presunta banda quedó en cana preventiva.
"Es muy importante que se eduque a los menores, que se le haga una recomendación a las asesoras del hogar para que no contesten estos llamados", enfatizó la teniente Aros.