Se nos fue el hombre que inventó la sonrisa en el Periodismo

Diozel Pérez Vergara no estudió Periodismo porque en su juventud no había escuelas que enseñaran este oficio que se aprende en la calle y salas de redacción.

El periodista que fundó La Cuarta y la comandó durante 24 años, habría estado de acuerdo con escribir que "estiró la pata" al mediodía del domingo pasado víctima de un ataque.

Mientras esta crónica era escrita se cortó la luz en el diario pop y justo borró una infidencia: ocultaba su edad y se quitaba años. Algunos pensaron que pasó a despedirse y en respeto a su capricho jamás revelaremos la verdadera fecha de su nacimiento.

Para el dire, el Periodismo era su vida, y según confesó le costó dos matrimonios. El fumador empedernido formaba parte de la vieja guardia, de la que fue uno de los últimos sobrevivientes hasta que se retiró el 2009.

Su original mamá para bautizarlo dio vuelta "El Dios", cambió la "s" por una "z" e inventó el nombre del profesional que partió en La Patria de Conce. En la capital se hizo conocido en El Clarín, cuyo estilo en parte traspasó a este medio.

Para don Diozel, los hombres se dividían en dos categorías: "A quienes les gustan las pechugas, son mamones, y a los que les gusta el poto, se mandan solos".

A sus subordinados les decía que "no hay nada peor que un hueón con iniciativa".

CAMBIO

El atado que tuvo Daniela Campos con Titi Ahubert en una disco lo obligó a virar el timón del diario desde la crónica roja al espectáculo, y eso le dolió porque no le gustaba la farándula.

Diozel Pérez no volvió a ser el de antes, pero igual algunas tallas en el diario lo hacían reír. En cada nota queda algo suyo que nos recuerda lo mejor del viejo Periodismo que se hacía bajo una nube de humo en El Bosco hasta que cantaban los pajaritos.

Su funeral será hoy, a las 12, en el cementerio El Prado, de La Florida.

NUNCA ABANDONÓ SU UNDERWOOD

La Cuarta nació en 1984 con reporteros de La Tercera, a quienes Diozel les sacó trote. El dire siempre estuvo a cargo de titular la portada y algunas son clásicos del periodismo chileno como "Le hizo el amor a un rodamiento".

La tecnología no fue su amiga. Tenía un computador, pero hasta el ultimo día de trabajo escribió sus consejos sentimentales en una antediluviana máquina Underwood.

Al final de su carrera estaba cansado, habría preferido quedarse en casa calentito. Un día de marzo del 2009 se fue sin fiesta de despedida. No era lo suyo. Y nos dejó caminando despacito hacia el retiro y también hacia la muerte, porque su vida era el Periodismo.

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