¡Se pasaron! Corsarios con patas de mimbre saquean buque

Davy Jones, el personaje con rostro de pulpo de la saga "Piratas del Caribe", es un adonis al lado de los corsarios de cartón corrugado que asaltaron con pistolas, sables y fierros un buque anclado a un kilómetro de la costa en el puerto de San Vicente, Región del Biobío.

Los bucaneros con piernas de coligue y parches de papel en el ojo llegaron hasta el buque "ST.JHN" a bordo de un bote y abordaron la cubierta para asustar con sus caras de pez globo a los cinco trabajadores que realizaban maniobras de desguace en la máquina.

Según nos contó el dueño del barco, quien no quiso identificarse por temor a represalias de los pencas filibusteros, el choreo ocurrió cerca de las 12 horas del jueves, cuando él estaba en tierra firme realizando trámites.

"Estaba comprando unos equipos en un mall y me llamó uno de los trabajadores para contarme que los habían asaltado con pistolas", relató el propietario de la embarcación de 900 toneladas que otrora realizaba labores de pesca.

El lobito de mar añadió que al principio pensó que se trataba de una mala broma del titán, "porque cómo iban a llegar a casi un kilómetro de la orilla. Pero escuché las voces de miedo y supe que todo era verdad".

El empresario contó que  sus operarios, todos de Lota, estaban desarmado el barco cuando vieron que los bucaneros con jotes en el hombro y garfios de cochayuyo estaban a bordo de la máquina. 

Los delincuentes de mar sacaron sables, fierros, pistolas y una botella de ron de luca y media, y amenazaron de muerte a los esforzados trabajadores.

"Teníamos marcos de bronce para las escotillas. Eso era lo que buscaban. Se los llevaron en el bote en que llegaron, mientras amenazan con los fierros", relató.

Agregó que los piratas de quinta de recreo estuvieron cerca de una hora en su embarcación. "Fueron muy violentos. A uno de los trabajadores casi le pegan por tratar de recuperar una de las cosas  robadas. Estos hombres son muy decididos y prepotentes", pataleó.

El empresario, quien viajó de Antofa para lorear los trabajos en su buque, le pidió más vigilancia a la autoridad para evitar que estos gatos de mar sigan tirando las manos en lo ajeno.

"Me siento muy mal, impotente. Me robaron 4 millones y medio y seguramente no podré recuperarlos nunca. Ojalá no ocurran más estas cosas en la zona", reclamó.

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