Existen equipos como la "U" a los que no hay cómo ganarles, guatones que no se llenan con nada y viejas copuchentas que no pueden vivir sin el cachuín en la boca.
Y en la ciudad de Calama vive una colombiana que al parecer no tiene límites en lo sexual y cuyo marido no ha encontrado la forma de satisfacerla.
De acuerdo con la información que trascendió en el vecindario calameño, la comadre de 27 años tiene a su pareja más chupado que un huesillo y el pobre hombre ya no sabe cómo calmar el apetito sexual de la fiera.
En uno de sus últimos intentos por saciar el deseo carnal de su mujer, el compadre se tragó 15 pastillas de viagra y quedó con el "niño" convertido en un verdadero "adulto".
Sin embargo y a causa de los efectos secundarios de las píldoras, el pobre hombre sufrió un soponcio que estuvo a un pelo de mandarlo completamente enfierrado a la dimensión desconocida.
Al ñato se le dieron vuelta los ojos y empezó a transpirar más que Luis Dimas, por lo que la colombiana se asustó y tuvo que pedir ayuda al 133 de Carabineros.
El llamado de auxilio fue confirmado por un alto oficial de la policía uniformada, quien además señaló que el hombre tiene 41 años.
Los carabineros llegaron al lugar junto con paramédicos del consultorio local y confirmaron que el señor de la cuatro décadas tenía el corazón como el bombo de Los Chalchaleros.
En medio del procedimiento, el sujeto confirmó a los policías que se había tragado 15 comprimidos de viagra y además contó que el cuero ya no le daba para complacer a su pareja de encendidos 27 años.
Después de relatarles sus cuitas a los uniformados, el socio llegó a la conclusión de que se trataba de un problema de pareja y echó con viento de cola a los carabineros.