Sebastián Dávalos llegó con más escolta que Barack Obama

Más protegido que hijo único llegó ayer hasta la Fiscalía Regional de Rancagua, Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Bachelet, quien tuvo que declarar en calidad de imputado por el bullado caso Caval.

Con un operativo de seguridad digno de un presi gringo, que habría sido solicitado por el mismo fiscal regional Luis Toledo, el ex director del área sociocultural de la presidencia llegó al recinto de calle Alcazar 139 a las 09.55 horas, a bordo de una camioneta Hyundai Santa Fe, perteneciente a la dirección de logística de Carabineros. Como hijo de la mandataria, tiene derecho a utilizar el vehículo fiscal.

En el lugar los polis ya tenían completamente preparado todo, para evitar cualquier tipo de manifestación en contra del hijo de la presi, tal como ocurrió el pasado miércoles, cuando su esposa, Natalia Compagnon, fue duramente increpada luego de declarar por el mismo caso.

De esta manera, y para ordenar el cuento, se cortó el tránsito con rejas de seguridad en las calles Cáceres con Estado y Alcázar con Alameda, para hacer expedita su entrada y salida al lugar.

Además, un segundo anillo de seguridad en la misma calle Alcazar, a pocos metros de la Fiscalía, donde se instaló otro corte perimetral con rejas para chantar a la gente que llegó con pancartas a manifestarse.

Lo mismo ocurrió en la entrada del recinto, donde se hizo una especie de pasillo con vallas para evitar que la prensa pudiera tener acceso a Dávalos.

Punto fijo

A su llegada, el hijo de la presi fue acompañado por su abogado Álvaro Morales, y escoltado por un polícia de civil que venía junto a él en el vehículo, además del mayor Carlos Castillo, jefe de la Tercera Comisaría de Rancagua, quien dirigía el operativo de seguridad.

La entrada de Dávalos no relajó para nada la seguridad, que era resguardada por cerca de 15 carabineros, varios de civil, además de tres retenes móviles instalados como punto fijo en el lugar.

Después de casi cuatro horas declarando, a las 14.02, el hijo de la presidenta finalmente salió del recinto de calle Alcazar sin emitir ningún tipo de declaración, y acompañado de su escolta personal.

Ya en su vehículo, acompañado por un motorista de carabineros, enfiló contra el tránsito girando en calle Cáceres, donde apretó sin ningún problema, y sin siquiera verle la cara a los manifestantes que esperaban estar más cerca del compadre.

Los cahuines que dejó la declaración de Dávalos en la Fiscalía | La Cuarta

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