Pálidos y con la cara de cordero degollado quedaron los jueces y funcionarios del Juzgado de Garantía de Santa Cruz con la actitud de una destacada secretaria de ese tribunal, quien llegó al lugar como Dios la echó al mundo.
El extraño hecho ocurrió el miércoles pasado y ayer fue confirmado por el juez de Garantía, Juan Pablo Flores y el administrador del recinto, Luis Quintana.
"No me explico cuáles fueron las causas que la llevaron a actuar así. Ella sólo registra puras anotaciones positivas en su hoja de vida y en el momento del incidente se encontraba de vacaciones", señaló el magistrado.
Antes de empelotarse, la funcionaria trasladó el sofá del living y el comedor al tribunal. Lo hizo en horas de la madrugada y tratando de pasar piola.
Sus compañeros creen que ralló la papa por un supuesto quiebre matrimonial. No se descarta aplicarle sanciones administrativas.
