Con la media vena decidieron terminar el paro los trabajadores del sector público luego de aprobarse en el Parlamento un ajuste del 3,2% de los sueldos.
Y no es para menos, ya que la variación en la billetera hará que las lucas le cundan menos el 2017 de lo que les cunde hoy. Además, se juntaron caleta de rato con autoridades y les ofrecieron siempre lo mismo. Para peor, cuando partió la negociación de presupuesto en las cámaras Alta y Baja se rechazó el ajuste y dos semanas después la misma propuesta fue aprobada sin atados. Se sienten traicionados.
"El gobierno ha cometido una equivocación enorme. Los funcionarios públicos somos personas de clase media. Personas que tenemos pensamientos de centro o de izquierda. Personas que votamos. Esto, sin duda, provoca un profundo golpe a esos funcionarios públicos que esperaban del gobierno escuchar a los trabajadores y hacer una negociación, no una imposición como la hizo el ministro Valdés", sentenció Raúl De la Puente, presidente de la ANEF.
Por su litro, el coordinador de la mesa de trabajadores, Carlos Insunza, sapeó que se tomarán todas las medidas para ponerse al día con las pegas no realizadas durante las movilizaciones.
Dardos contra el subsecretario
Esteban Maturana, presidente de la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam) se fue de cabeza contra el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, quien dijo que habrían "canales abiertos (para negociar) y estos jamás se abrieron".
En la dura, agregó que "lo único que hizo él fue, recordando su previa historia de operador político electoral del Partido Socialista, operar políticamente un acuerdo para lo cual no tuvo vergüenza de negociar con la derecha, con los empresarios, con los dueños del poder político y económico", según consignó Radio Biobio.
Sobre la misma, advirtió al gobierno que están preparando nuevas movilizaciones y negociaciones para el próximo año, jurando de guata que "hemos aprendido este año cómo hay que hacer las cosas".
"Banderazo"
Tras esto, cientos de trabajadores se fueron hasta el frontis del Palacio de La Moneda, donde patalearon de lo lindo contra el gobierno. Esto provocó desmanes y la intervención de Carabineros.