Un chef de 40 años de Arica quiso sacarle el jugo al pasado fin de semana largo y al final alojó tres días fuera de su casa, pero en condiciones horrorosas.
Resulta que la noche del domingo el cocinero de iniciales G.O.Z.A andaba con la tetera hirviendo y decidió bajar su temperatura en una casa de remoliendas ubicada en la céntrica calle Rafael Sotomayor.
El hombre, especialista en platos calientes y sopas, se entretuvo por lo menos tres veces con las chiquillas más perfumadas y buenas mozas del burdel.
Para que no se notara pobreza, entremedio de su fiestoca privada el chef habría comprado macoña en el local y consumido los copetes más exclusivos de la casa de citas. Además le invitó tragos a las meretrices y a otros parroquianos.
Todos pensaban que el compadre era la versión con pelo del Rafa Garay, cuando el prófugo gastaba millones por velada en el Passapoga, pero no contaban con que no tuviera donde caerse muerto.
El subprefecto Alex Schwarzenberg Ramírez, jefe de la Bicrim de la ciudad, informó que "una mujer se acerco al cuartel de investigaciones e indicó que uno de sus trabajadores le manifestó de manera escrita, a través de Whatsapp, que estaba secuestrado. Se realizó una serie de diligencias y se logró ubicar el lugar en donde estaba el hombre y se estableció que efectivamente esa persona estaba privada de libertad".
DURA AMENAZA
Los cafiches encerraron al chef en un cuartucho y lo amenazaron con cuchillos, lanzas e incluso un hacha, hasta que lograron que el supuesto moroso se comprometiera a conseguir el dinero que les habría debido.
La policía con autorización de la fiscalía ya estaba investigando el asunto cuando el secuestrado salió del burdel custodiado por dos matones.
"Los detectives procedieron a la detención de uno de los captores y el otro, al ver la presencia de la PDI, se dio a la fuga y efectivos le dieron alcance a dos cuadras del lugar", contó el subprefecto.
"Se incautaron armas y marihuana, cinco personas fueron detenidas, tres hombres y dos mujeres (una extranjera). Y del total dos tenían antecedentes penales", informó Schwarzenberg.
Sobre el estado de la víctima, el detective contó que "se veía muy atemorizado, pero sin daños físicos visibles que a primera vista no presentaba, porque él dio cumplimiento a todos los requerimientos de los captores".