El gran senséi brasileño Jorge Kishikawa (en la foto) cumplió su palabra de honor y ayer agarró a sablazos a todos los discípulos que llegaron al Primer Encuentro de Samuráis que se realizó en la sede Maipú de la Universidad de las Américas.
El maestro Kishikawa se cansó de cortar el viento con sus katanas y se peinó con una espada japonesa de hoja afilada, igualita a la que usaban los antiguos caballeros del Japón feudal.
Su técnica dejó con los ojitos blancos a los pequeños saltamontes de Japón, Chile, Argentina y Brasil que asistieron al encuentro de confraternidad, en el que Kishikawa se lució con el espectacular desvaine de una espada de madera de 1,28 metro.
Kishikawa dijo a La Cuarta que el arte del combate con espadas es la papa para bajar de peso. "Con el Kenjutsu se gastan hasta 2 mil calorías por hora", señaló el senséi al diario pop.
El maestro recordó que el arte de la espada japonesa también ayuda a engrandecer el alma y a convertir a las personas del siglo XXI en samuráis rebosantes de valentía, lealtad, respeto, honor y caballerosidad.