Es muy probable que con las bajas temperaturas muchas personas al abrir la boquita, beber algo muy frío o muy caliente, o incluso al comer cosas dulces, experimenten una sensación incómoda y hasta dolorosa en los dientes.
Hablamos de la sensibilidad dental, o también conocida como hipersensibilidad dentinaria, la cual se caracteriza por producir dolores intensos en una o varias piezas dentales.
¿La razón? Según el cirujano maxilofacial, Cristián Venables, de Clínica Oral & Facial, esta molestias surgen cuando la dentina (protegida por la encía y el esmalte dental) pierde su protección natural, y queda al desnudo, permitiendo que todos estos cambios bruscos de temperatura ataquen las terminaciones nerviosas y produzcan este fastidiosa sensibilidad, ocasionando dolor y presión.
Dolorosa estadística
La sensibilidad dental afecta a 1 de cada 7 personas adultas, y tiene la doble capacidad de provocar y esconder algunas enfermedades bucales más peligrosas, como caries, gingivitis, periodontitis, problemas ortodónticos o de movilidad dental.
Si siente dolor o punzadas, debe estar atento, ya que esto puede derivar en otras patologías, como caries y problemas de encías, como recomendación ante este tipo de molestia, es asistir al dentista.
Labios
Es una zona muy sensible, que sin duda se ve afectada con el frío. La falta de hidratación hace que los labios parezcan arrugados y resecos. Los labios se encuentran de forma permanente en un nivel húmedo, gracias a la saliva, pero el frío hace que se resequen y agrieten. Se recomienda hidratar constantemente con bálsamo labial.