Los adolescentes y adultos jóvenes consumen alcohol y drogas con el propósito de tener mejores relaciones sexuales. Esa es la conclusión de un estudio europeo con más de 1.300 jóvenes de entre 16 y 35 años. La investigación publicada en la revista online BMC PublicHealth, afirma que 35% de los hombres estudiados y 25% de las mujeres, toman alcohol para incrementar sus posibilidades de tener relaciones sexuales.
Asimismo consumen intencionalmente cocaína, éxtasis y marihuana para mejorar o prolongar el placer sexual durante el acto.
El consumo de estupefacientes está ligado a graves problemas de salud y también afectan considerablemente la sexualidad de las personas.
A continuación les detallaré cómo influye en el desarrollo sexual el consumo de las drogas más populares del mundo.
Sedantes e hipnóticos
Son medicamentos depresores del sistema nervioso central: Inicialmente liberan la respuesta sexual de inhibiciones, pero en dosis mayores bloquean todas las conductas, entre ellas la sexual.
Marihuana
La marihuana, al igual que el alcohol, tiene efectos depresores. Si bien a algunas personas les permite enfrentarse a la ansiedad asociada a situaciones relacionadas con la conducta sexual, el principal ingrediente activo de la marihuana, llamado delta-9-tetrahydorcannabinol, disminuye los niveles de testosterona. En vista de que la testosterona está relacionada con el impulso sexual tanto en los hombres como en las mujeres, fumar mucha marihuana puede disminuir el deseo sexual.
Tabaco
En cuanto a su relación con la actividad sexual, un estudio hecho por médicos de la unidad de tabaquismo del hospital de Bellvitge, Barcelona (España), revela una influencia negativa, similar a la producida por el alcohol o las drogas que provocan impotencia y esterilidad.
Se ha informado de jóvenes fumadores con problemas de erección y en los que el cese en la conducta de fumar produjo una rápida recuperación de su disfunción.
Son bien conocidos sus efectos adversos sobre el sistema circulatorio, esencial para una buena función sexual. Al dificultar la irrigación sanguínea, facilita la aparición de hipertensión, angina de pecho, infartos y otros trastornos vasculares, entre ellos disfunción eréctil en el hombre y problemas de lubricación en la mujer.
Cocaína
Pertenece al grupo de los estimulantes del sistema nervioso central. Normalmente se esnifa, aunque se puede fumar o administrar por vía intravenosa. Produce una euforia intensa con elevación del estado de ánimo, excitabilidad, locuacidad, exceso de confianza, dilatación de las pupilas, aumento de la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca.
Es quizá una de las sustancias que tiene más fama de ser capaz de aumentar la excitación y la respuesta sexual. Pero, también se sabe que provoca disfunciones sexuales. En el trabajo citado de Kolodny, se observó que el 17 % de los 168 cocainómanos de su muestra, presentaba disfunciones eréctiles cuando consumía cocaína, y el 4% había padecido priapismo (erección mantenida y dolorosa) al menos una vez inmediatamente después de consumir.
Heroína y opiáceos
Los efectos de los opiáceos parecen ser más importantes. En el hombre, alteraciones del interés sexual, retraso en la eyaculación y disfunción eréctil. Alteración en el interés sexual en la mujer. Estos problemas, pueden ser el reflejo de la debilidad, de la depresión y del estilo de vida caótico de muchos drogadictos, con incremento de infecciones, deficiente alimentación, etc.
Doctor Mauricio Salas Sironvalle, urólogo, sexólogo y magister en psicología clínica.
Vicepresidente Sociedad Chilena de Sexología