Ningún tipo de arrepentimiento mostró ayer el neonazi acusado de acuchillar en el pecho a un inspector del Transantiago. Al contrario, se burló del dolor de su víctima y se mostró irrespetuoso y choro con los funcionarios de Carabineros que lo arrestaron.
El controlador de buses Roberto Alejandro Abarca Durán, de 27 años, fue atacado pasadas las 21 horas del sábado, cuando intentó separar a dos grupos de pokemones y skinheads que se estaban agarrando a cornetes en la esquina de la Alameda y Ricardo Cumming.
En medio de la pelea fue que el empleado de la empresa Nuevo Milenio recibió al menos cinco puñaladas en el pecho de manos del neonazi Héctor Alejandro González Rosselot, de 22 años.
Testigos del acuchillamiento dijeron a La Cuarta que el inspector fue atacado a mansalva, primero con coscachos y luego con una cortaplumas que el skinhead sacó de un bolsillo.
APRECUÉ
Según la Fiscalía, después de que hirió de gravedad al controlador de buses, González Rosselot huyó junto a sus aproximadamente diez compinches en una cuncuna del Transantiago.
El punga iba con sus juntas a una fiesta en el Parque Forestal y para evitar ser capturado por la policía huyó en el bus hacia el sector poniente de la capital.
Sin embargo, gracias a las indicaciones que dieron los pokemones, carabineros de la Tercera Comisaría Santiago Central lograron ubicar a los sospechosos en el sector de la Villa Portales, instantes después de que se habían bajado del bus del Transantiago.
Mientras revisaban a los pelados, un carabinero encontró en poder de Héctor González el arma blanca presuntamente usada en el ataque contra el trabajador del Transantiago.
"La cortaplumas tiene manchas sanguinolentas", informó el comandante de la Prefectura Santiago Central, Francisco Masanés.
Mientras el neonazi era detenido por su supuesta responsabilidad en el apuñalamiento, el inspector de buses era atendido en la Urgencia de la Mutual de Seguridad para curarle las cuchilladas.
En el control policial el pelado se portó como un payaso, mostró los tatuajes que tiene en la cabeza, el pecho, los brazos y el espinazo; posó como si fuera un gran modelo y tuvo la desfachatez de hacer un ollúo con el dedo del medio.
El pastel registra tres detenciones por porte de armas blancas y tiene antecedentes policiales por desórdenes y el delito de lesiones. Su víctima se encuentra grave, pero estable y sin peligro de muerte, a pesar de las puñaladas que recibió en el pecho.
En su salida al tribunal Héctor González Rosselot aseguró ser inocente, pero igual le formularon cargos por el delito de lesiones graves.
El imputado quedó en libertad con la condición de firmar una vez al mes.
Carlos Godoy S.