La tenista rumana conquistó este tradicional título tras vencer a la leyenda del tenis femenino, Serena Williams. "Jamás voy a olvidar este día", afirmó la triunfadora.
Desde pequeña la tenista Simona Halep (27) tenía una meta: jugar la final de Wimbledon.
La joven nacida en Constanza, Rumania, y que comenzó a pegarle a una pelota a los cuatro años, no podía sacarse de la cabeza las palabras que alguna vez le dijo su madre de que si que si quería hacer historia en ese deporte, tendría que jugar una final en ese emblemático lugar. Y se día llegó.
"Nunca había jugado un partido tan bueno como este, jamás voy a olvidar este día. Era el sueño de mi madre", fue lo que dijo la joven que llegó al número uno mundial el 9 de octubre de 2017, 11 años después de su debut profesional, tras vencer ayer a la estadounidense Serena Williams por un doble 6-2.
"Nunca pensé que ganaría en hierba con jugadoras tan altas y que sacan tan fuerte. No hay una sola pista de césped en Rumania", dijo aún sorprendida por su triunfo.
De esta forma, la rumana conquistó su segundo grand Slam, tras haber ganado Roland Garros. La joven tenista va construyendo poco a poco un nombre en el tenis femenino y tuvo que realizar grandes cambios en su vida para lograr el objetivo.
Por ejemplo, cuando tenía 18 años decidió someterse a una reducción de pecho, al considerar que su enorme volumen estaba condicionado su juego, además de producirle dolores de espalda por su peso.
Tras tomar esa decisión, reapareció el 2010 en Roland Garros con un aspecto diferente e inició su ascenso en el tenis mundial que ayer le llevó a triunfar en Wimbledon.
Un hecho que viene de la mano del cambio de su técnico, Darren Cahill, ya que apostó por su compatriota Daniel Dobre para mejorar sus golpes. "Creo que estoy al nivel más alto que jamás he alcanzado", aseguró tras conseguir este nuevo título.
Sobre qué sentía enfrentar a una leyenda del tenis femenino, Simona aseguró que "he jugado el mejor partido de mi vida. No puedo describir lo que significa ganar aquí. Es algo increíble. Sabía que tenía que ser agresiva. Serena siempre me ha intimidado pero hoy decidí pensé más en mí que en la rival", concluyó.