Sirena enseña a peques a ser su propio salvavidas

El peligro de que un niño caiga a una piscina es un percance que puede sortear con éxito gracias a un curso que deja a su pitufito como un corcho, ya que este aprende a flotar sin la ayuda de nadie mientras espera ser rescatado.

La flotante y salvadora idea la trajo a Chile Lorena Sandoval, quien luego de ver un video de un niñito en EE.UU. que caía a la piscina con ropa y quedaba flotando, salvando su vida, se convirtió en la primera y única instructora certificada IRS (Infant Swimming Resource), que en buen chileno significa quedar pulido en técnicas de rescate y supervivencia acuática infantil.

"Desde entonces, me dedico tiempo completo a este programa, que tiene como objetivo enseñarle a los bebés y niños a autorrescatarse en caso de una caída accidental en la piscina y salvar sus vidas de una asfixia por inmersión", salpicó la ex nadadora.

Las clases no son de natación y chapoteo, como tradicionalmente se conoce en nuestro país. Los mini Acuamán aprenden a mantener la respiración debajo del agua; abren los ojos en las profundidades para orientarse; se voltean mejor que un corcho para quedar boca arriba y flotan sin asistencia hasta que llegue un adulto.

El programa tiene dos partes: uno para aprender a girar y flotar de espaldas, armado para guaguas de entre 6 meses y 1 año; y otro para aprender a nadar y flotar hasta llegar a la orilla, para edades entre 1 a 6 añitos.

Las clases son individuales y de 10 minutos diarios de lunes a viernes, durante 4 a 8 semanas en el programa inicial. El curso total sale 350 mil pesos.

-¿Es ideal para las familias que cuentan con piscina?

- Sin dudas, ya que un niño que ya gatea puede llegar sin problemas a la orilla de una piscina. Y para los que no tienen pueden prevenir cualquier emergencia donde se encuentren.

-¿Eres como una sirena, una guardiana a lo Pamela Anderson?

- No sé si para tanto. En todo caso, debo reconocer que paso de las 8 de la mañana hasta como las 6 de la tarde metida en el agua; salgo con los dedos arrugaditos.

Actualmente cuenta con 30 alumnos, que al final del curso son metidos a la piscina con ropa, simulando una situación real.

"La idea es que reaccionen automáticamente y giren quedando con su cabecita arriba", remató la profe.

AVENTAJADO

Dentro de los chicos que gualetean mejor que pingüinos en la escuela Infantswimchile, se encuentra Joaquín Olavarría, quien desde los 6 meses está en el curso, según contó su madre Diana Zenteno.

"No sabes la tranquilidad que genera que tu hijo sepa salvarse de una eventualidad. Además, es una buena actividad física y duerme como lirón cuando llega a la casa", remachó.

COMPARTIR NOTA