Así funciona el nuevo y más profundo sismómetro de la historia de Chile

A una profundidad de 100 metros, o el equivalente al largo que tiene una cancha de fútbol, fue instalado el sismómetro de pozo que obtuvo el récord de estar ubicado a la mayor cantidad de metros bajo tierra en la historia del país.

El aparato fue ubicado en la comuna de La Reina con el fin de monitorear la falla de San Ramón, que cruza la precordillera de la capital desde el río Mapocho al Maipo por el sur, y la gran ventaja la ofrecerá precisamente la gran profundidad en la que se encuentra.

Según explicaron los expertos del Centro Sismológico Nacional (CSN), al encontrarse a 100 metros bajo tierra, el nivel de ruido o vibraciones que se presenta es casi nulo, por lo que permitirá percibir las ondas sísmicas de mejor manera.

"El objetivo del estudio es evaluar la sismicidad y deformación actual, así como el potencial sísmico de la Falla San Ramón, a través de la implementación de un sistema de monitoreo permanente asociado a la red del CSN", indicó Gabriel Vargas, académico del Departamento de Geología de la Universidad de Chile.

En ese sentido, destaca que todos estos instrumentos se suman a la red de monitoreo que cuenta con más de 100 estaciones ya instalada en todo el país, y se suma a las siete que ya existen en la falla de San Ramón.

El sismómetro, del tipo borehole, está en un pozo de 26 centímetros de diámetro, y según explica el subdirector del CSN, Mario Pardo, "tiene una mayor sensibilidad para registrar sismos pequeños, de muy baja magnitud (microsismos), ya que la razón señal/ruido es mejor que la de estaciones en superficie".

Agrega que "este equipo, en conjunto con las otras estaciones de la red, permitirá una mejor localización de los hipocentros y magnitudes de los sismos y microsismos asociados a la falla y otros que logre registrar".

Gabriel Vargas, quien investiga la falla junto al CSN y el Departamento de Geofísica de la misma casa de estudios, destaca que este instrumento ayudará a "entender mejor la relación entre la sismicidad y la tectónica activa del frente cordillerano de Santiago, en el cual se encuentra la Falla San Ramón".

Junto con ello destaca su importancia, en el sentido de que "es un hito en sí mismo para la historia de la observación sismológica de estos objetos tectónicos y de los sismos en general en nuestro país. Cabe señalar que el éxito en la instalación de este equipo radica en la gran experiencia y calidad profesional, de nivel mundial, del personal del Centro Sismológico Nacional".

COMPLEJO PROCESO DE INSTALACIÓN

Para instalar el sismómetro del tipo borehole, se tuvo que realizar el pozo de 100 metros con encamisado, para posteriormente continuar con las pruebas del funcionamiento del sensor una vez que llegó a Chile.

Luego vino la instalación de un trípode con sistema de poleas para poder realizar las primeras pruebas de bajada con un elemento de forma y peso similar al equipo.

Una vez que todo estaba probado se conectó el borehole al cable que lo mantiene comunicado con la superficie, se instaló en el trípode, se colgó el instrumento y se le orientó con dirección al norte geográfico (requisito fundamental para su correcto funcionamiento).

De ahí comenzó el proceso de bajada que se extendió por cerca de una hora. Una vez que el sensor tocó fondo se encendió el equipo digitalizador que lee sus señales y se confirmó si la instalación se había ejecutado de forma correcta.

Ya confirmado que todo funcionaba correctamente se retiró el trípode, se selló el pozo y se finalizó la instalación entubando el cableado y dejándolo bajo tierra.

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