Mientras en el sector hay luminarias destruidas, escombros y galerías cerradas, la animita del Daniel Zamudio en el Parque San Borja se encuentra intacta. Sus padres creen que el joven víctima del crimen de odio es un ícono de la defensa de Derechos Humanos, y por eso el lugar no ha sido vandalizado.
Luminarias destruidas, galerías comerciales cerradas, escombros y vallas papales que cercan la Iglesia San Francisco de Borja, que fue quemada el pasado viernes 3 de este mes, es el panorama que se aprecia caminando por las calles del barrio San Borja, uno de los sectores más afectados tras el estallido social.
Pero al avanzar por la "zona cero", un lugar permanece intacto: el Parque San Borja. Al recorrerlo, sólo se observa un par de rayados, y una que otra pancarta. Al llegar a la animita de Daniel Zamudio, que fue agredido y torturado brutalmente ahí por cuatro jóvenes, falleciendo semanas después a causa de las lesiones, la situación es la misma. Nada ha sido vandalizado.
Se pueden ver peluches, flores, santitos, banderas, mandalas, velas consumidas y hasta una corona de rey posada sobre la cruz que dice "en memoria de Daniel Zumido Vera" y la fecha de su muerte.
"La animita está bien en comparación al estado que se encuentra el sector", relata Nicolás Gallegos, vocero de Fundación Zamudio, quien revela que es el área juvenil la que se encarga de cuidarla, además de visitarla una vez al mes para mantenerla ordenada y cambiar las velas.
Iván Zamudio y Jacqueline Vera, padres de Daniel, aseguran que no van hace meses al lugar. Su papá fue en agosto, y su madre no visita la animita hace tres años.
"Estar ahí es doloroso, pero es un lugar importante para la familia, porque muestra lo que pasó y que no nunca más debería pasar en Chile", reflexiona Iván Zamudio. A sus palabras se suma Jacqueline Vera, que sigue muy afectada: "Yo no me he acercado al parque porque me hace muy mal. Sigue siendo muy doloroso".
Eso sí, a pesar de no asistir regularmente a ver la animita, sí estuvieron atentos a lo que pasó luego del 18 de octubre. "Luego del estallido social a la animita no le pasó nada. La gente quiere un cambio radical, quiere respeto y tolerancia por la diversidad sexual", comenta el padre.
Por su parte, la madre revela que nunca sintió temor a que destruyan la animita de su hijo. Incluso, cuando ha salido a marchar son muchos los que se le acercan para mostrarse cariño.
"Muchos chicos y chicas me dicen que Daniel siempre será recordado no solo en Chile, sino que también en otros países. Mucha gente le prende velas y se encomienda a él", afirma.
Iván se muestra agradecido por el cariño de la gente: "Daniel se convirtió en ícono de la defensa de derechos humanos y de la comunidad LGTB. Es algo lindo".
Respeto
Alessia Injoque, presidenta de Fundación Iguales, plantea que en manifestaciones marcadas por el rechazo a quienes representan el poder, Daniel no es un poderoso ni un enemigo, sino una víctima de las injusticias sociales.
En tanto, Fernando Muñoz, vocero de Movimiento por la Diversidad Sexual MUMS, asegura que "hoy las personas LGTB son parte de la movilización social. Es fácil ver a chicos con sus pañoletas o banderas".
Vecinos de San Borja quieren asegurar el perímetro
Una cara triste muestra el barrio de San Borja, entre vecinos que han abandonado el sector, el funcionamiento de solo tres locales de un total de 35 del Centro Comercial Galería Plaza y rejas tiradas en las calles.
La situación de los locatarios de las galerías comerciales es preocupante. Uno de sus locatarios cuenta que están organizados hace más de un mes y medio junto a vecinos y trabajadores del Hotel Crowne Plaza, y que se han reunido en varias ocasiones con el alcalde para pedir un cierre perimetral con containers en las veredas de las calles Carabineros de Chile y Ramón Corvalán.
El edil de Santiago, Felipe Alessandri, dijo que se busca un camino de acción, en tanto el intendente Felipe Guevara afirmó que se hará "todo lo posible para que estos emprendedores puedan salir adelante".
