Corría el 16 de julio de 1925 cuando un sociate con marcado acento español detuvo un taxi frente al Correo, en Santiago Centro. El hombre emprendió el viaje hasta las oficinas del Banco de Chile en el barrio Matadero, se chantó un antifaz, y cometió lo que sería el primer asalto a un banco en la historia de Chile.
Lo que pocos saben, es que aquel hombre se llamaba Buenaventura Durruti, y que se convertiría en una suerte de héroe pop durante la Guerra Civil Española.
El petazeta había viajado a América a juntar luquitas para "la causa" anarquista.
"Me encantan las historias que adquieren la sabrosura de esta tierra", apunta Juan Pablo Barros, autor del libro "Mira tú", donde entre otras anécdotas descasetea cómo fue el primer robo armado a una entidad bancaria en nuestro terruño.
"Lo que más me llama la atención es que Durruti fue una persona idolatrada en su país, que reunió a medio millón de personas en su funeral y que hizo historia en Chile por un robo. Es como si Manuel Rodríguez hubiese sido el primer ladrón de bancos en España", lanzó entre risas.
En 461 páginas de puras anécdotas históricas, Barros desmitifica a los santitos populares del Cementerio General, y hace un recorrido por lugares insignes del país, como la Quinta Normal, la iglesia de San Francisco o el cerro Santa Lucía, entre otros.
Cómo habrá sido el trabajo del autor, que hasta se da maña para compilar en su libraco las principales recetas de la antigüedad pa' enfrentar a la "Pelá".
Según el texto, una mami que quiere que su retoño recién muerto se vaya al cielo, debe bailotear el día después del entierro. O, si alguien quiere perderle el miedo al alma en pena de un difunto, debe saltar por sobre su ataúd durante el velorio. ¡Buaaa!
"Los que compren este libro se van a encontrar con una especie de interminable tesoro de historias, de datos curiosos que tratan de tener un sentido y decirles de dónde venimos", resumió el autor, cuya obra cuesta 16 mil pesitos y está en las principales librerías del terruño.
La novia que nunca fue, es santa popular
Archiconocida en el Cementerio General es la tumba de "la novia". Una suerte de santita popular que es furor entre las calcetineras, quienes la llenan de peticiones amorosas pa' conquistar brocacochis.
Lo que no saben, es que la historia que jura que la novia era una lola de 14 años que murió en el altar antes de dar el "sí", era en verdad una niñita que fue enterrada por su mami con su vestido de primera comunión. ¡Plop!
"La gracia de esta historia es que hasta el día de hoy las colegialas le tiran papelitos con favores y eso que la familia tapó el mausoleo con una plancha metálica. Ahora parece el muro de los lamentos porque en cada rendija hay cientos de papeles", señaló Barros.
