Sole Larraín defiende a pergenios de los cachuchazos

El nombre de Soledad Larraín Heiremans de inmediato trae a la cabeza su inclaudicable discurso a favor de la infancia y los derechos de los pergenios del terruño, sobre todo de aquellos que están en una situación que no les permite disfrutar sus años de inocencia como el Tata Dios manda.

Sicóloga e investigadora en temas de violencia de género,  infancia y seguridad ciudadana, es consultora de la Unicef, organismo desde el cual ha alzado la voz para poner el dedo en la llaga respecto a la vulnerabilidad de los locos bajitos.

El reciente caso de un pitufo de 9 años, que fue encadenado a un catre por su abuela como una forma de "correctivo", simplemente la estremeció. Para ella es un claro caso de maltrato infantil, un delito sancionado en nuestro país.

"Estamos hablando de un niño de 9 años, con todo lo que eso implica, que se ha visto sometido a una situación de humillación y desmedro. Sus derechos fueron seriamente vulnerados", afirma. Aunque nunca abandona su tono pausado, en la inflexión de su voz se nota que el tema del trato abusivo le saca ronchas.

"Aquí hubo alguien que se percató de esa situación y dio aviso, y eso permitió intervenir, pero es algo que está demasiado arraigado en nuestra sociedad. Creer que de esta manera se educa, que es un 'correctivo', es una tremenda equivocación", agrega.

Es tanto lo que Soledad ha visto, leído y escuchado sobre maltrato infantil, que es una convencida que hay que trabajar duro para erradicar estas formas de violencia de la barra. "Vivimos en una sociedad en que estaba culturalmente permitido golpear a los niños como si se tratara de un 'correctivo'. Esto no es así y debe combatirse", argumenta.

- ¿Son necesarias medidas más extremas para un control?

- Es que hay muchas formas de maltrato que no se perciben como tales, sino que se piensa que se está educando a los niños, y esto evidentemente no es así ni nunca lo será.

- ¿Ha cambiado un poco la situación con las campañas?

- Ha disminuido el maltrato severo, pero no el leve, mientras que el castigo sicológico sigue en aumento. Eso demuestra que hay que seguir las campañas y que, junto con incentivar las denuncias y amparar a las víctimas, también se debe hacer un trabajo sicológico con el grupo familiar.

- ¿Y eso qué implica?

- Que en Chile más del 75% de los niños sufre algún tipo de violencia. Eso hay que cambiarlo.

Viviana Fainé Brath

COMPARTIR NOTA