Sólo faltó el disfraz de burro en corrida de Chiguayante

En la comuna de Chiguayante y sin que el burro rondara a los participantes se llevó a cabo la primera versión de la corrida de fin de año "San Silvestre" pero en versión chilensis.

Como en nuestro país nos gusta tanto imitar las ideas del extranjero, un grupo de parroquianos de la Región del Biobío, no quiso ser menos y sacó la versión criolla de la corrida de "San Silvestre" de Brasil, la que se lleva a cabo todos los 31 de diciembre para despedir el año.

El requisito para participar era simple: Los corredores debían utilizar un disfraz y en el diario pop, como somos buenos pa´l trote, nos sumamos a la movida.

La competencia iba pulentita. El compañerismo y la buena onda hacían que hasta un payaso terrible ordaca pasara a ser material del web, quedando a la cola de la corrida de puro tristón que quedó.

ALIENTO POP

"¡Bravo, bravo!", "¡Se pasaron!", gritaba la gallada cuando el pelotón equipado con disfraces de abejas, piratas y hasta un reo, pasaban por afuera de sus casas en una corrida sin treguas.

Un perico que se vistió de botella de Pilsen tuvo que colocar piloto automático cuando cachó que hasta un pollo venía pisándole los talones para apagar la sed.

Batman, el favorito de la prensa especializada, mostraba con creces sus pergaminos cuando se arrancó del grupo a un kilómetro de la meta y desató la euforia.

El hombre encargado de darle vida al héroe era don Daniel Vilches de 68 otoños. El tata, con nombre de académico de la lengua, dijo que "acá lo que importa es bromear y pasarlo bien. Yo llevo años corriendo y espero que esta competencia de disfraces siga todos los años".

Aperrado

Cuando le conté a mi editor sobre la maratón me mandó a dejar bien puesto el estandarte de La Cuarta. "Métete a correr", reclamó el jefazo.

Luego de una reunión con mi comité creativo llegamos a la conclusión que debía ir de perro, representando lo aperrado que somos los ágiles del diario,. Así, le eché para adelante con un traje de perro.

Al ver mi imponente físico digno de titán de la lucha libre, lo que menos me gritó la gente en la calle fue: Pulgoso y quiltro de probeta. Los más latosos me tomaron fotos para contar que corría el Minimí del perro Lenteja.

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