El puente peatonal Racamalac o “Condell” definitivamente está de moda. Hace un año que a los tortolitos santiaguinos se les ocurrió elegir ese lugar pa’ jurarse amor eterno, dejando como testigo un candado, el que cuelga de sus barandas de fierro.
Esta idea, que nació de la peli "Tengo ganas de ti", prendió con agua y rápidamente se masificó entre los enamorados.
A tanto llegó esta costumbre que en uno de los capítulos de la serie "Soltera Otra Vez 2", su protagonista Cristina (Paz Bacuñán) va a la pasarela junto a su pierno Álvaro (Pablo Macaya) y ambos ponen uno de estos objetos en señal de unión.
Hay que recordar que el hombre lo hizo para sacarle el poto a la jeringa al compromiso.
Paz soltó al diario pop que el ritual le pareció muy lindo y romántico, y de paso aprovechó de contarnos que el personaje de Álvaro, su pierna en la serie, lo hizo porque de verdad la ama. "Yo creo que se le ocurrió porque esa es su manera de demostrar su cariño ¡No sean malpensados!".
En fin, luego de este episodio se multiplicaron las promesas de amor en el Racamalac y ahora luce con una chorrera de candados, ¡Son cerca de cuatro mil!
Ayer los pingüinos Manuel Cerda y Allison Herrera llegaron al puente al atardecer. Con un plumón negro escribieron sus iniciales y luego colocaron el candado. Se dieron un beso y lanzaron las llaves a las aguas del Mapocho.
"Cumplimos dos meses de pololeo y con esto sellamos nuestro amor", dijo.
Lo mismo hicieron el domingo Alejandro Rivera y Constanza Arce, quienes creen que estarán juntos para siempre. “Para mí la idea es más que nada sellar un sentimiento, la amo (...) es un gesto muy lindo y representa que ambos estamos dispuestos a proyectarnos”, contó Alejandro.
Hay otros que son más viejitos en este cuento. El 21 de septiembre del año pasado Gabriel Escanilla (25) sacó a pasear a su polola Cinthia Donoso (24).
La sorprendió cuando llegaron al paso peatonal y él sacó un candado del bolsillo. Ella no entendía nada.
"Estábamos emocionados porque ya habíamos decidido casarnos. Cuando cerramos el candado lanzamos la llave al río Mapocho y nos dimos un beso para sellar el momento".
Tres meses más tarde la parejita se casó, a pesar de las caras largas que le pusieron sus papis. “Tuvimos algunos problemas porque nos encontraban muy inmaduros, pero hoy ya nos aceptan”.
Ahora Cinthia tiene 6 meses de embarazo y vive japi con su Gabo. Al parecer hay magia en esta antigua construcción.