Súper Mario dejó la picota para volver a montar...

Mario Sepúlveda, el más hiperkinético de los 33 héroes de Atacama, aprovechó los 10 palos que le regaló "Risitos de Oro" Farkas cuando fue rescatado del pique y ayer inauguró la primera patita de su centro cultural y folclórico "Esperanza".

En un terreno de 20 hectáreas de Alto Noviciado, el minero arma un centro rural para rescatar costumbres criollas y que lleva el mismo nombre del campamento de la mina San José.

"Súper Mario" detalló que su joyita contará con un sector para domaduras de caballos, una picá para comer cordero al palo, canchas de fútbol y un escenario para shows típicos.

Sepúlveda, nacido y criado en el campo de Parral, abrió al público la pista para las carreras de caballos. En Fiestocas Patrias pretende tener listéilor la zona de asados.

"Aún no tengo claro cuánto se cobrará por la entrada, pero lo que sé es que quienes lleguen a Esperanza se sentirán como en la casa de sus raíces", se cachiporreó el "Huaso" Sepúlveda.

Y como para las brillos patrios el negocio estará tiquitaca, Súper Mario amenazó con tomar chicha como deshidratado y acorralar varias chinas, en venganza por el 18 "que pasé encerrado".

Según el minero, su Centro Cultural está inspirado en el empresario Leonardo Farkas, a quién admira por su trabajo social.

"Voy a dar trabajo y ayudar a personas en riesgo social, que no consiguen pega en otro lado", explica la estrella de los 33.

Sin embargo, el proyecto, asegura Sepúlveda, se está quedando corto de recursos. "Necesito 50 millones y aún me faltan 30. Por eso llamo a algún empresario de buen corazón para que me auspicie con el resto y yo se lo devolveré en cuotas. Es por una buena causa", solicitó el titán.

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