La nota que publicamos el domingo sobre los problemas que vivía Súper Taldo (50) y su molestia con algunos programas de la tele que no le pagaron lo prometido, trajo cola.
El hombre que superó los molestos síntomas del Síndrome de Tourette estaba muy achacado porque desde noviembre del año pasado no tenía una pega estable y necesitaba el dinero que nunca le llegó por salir en televisión.
Afortunadamente, al día siguiente de aparecer en el diario, Agustín Arenas encontró trabajo en una empresa de Quilicura relacionada con el rubro donde siempre se desempeñó: ¡El intrigante mundo de las cajas!
El autor de la famosa rima: "En mi casa hay arbustos/y yo quiero a la Iris Bustos", durante 14 años se ganó los porotos en la empresa Marinetti embalando cajas de cartón.
Lamentablemente por problemas económicos fue chaflado y con el pase en su poder el viejo crack laburó un par de meses en una industria similar, pero de botellas de plástico.
La funcia es que ayer, el ídolo freak cuya entrevista con Bernardo de la Maza dio la vuelta al mundo, llegó a las 14.30 con los zapatos bien lustrados a su primer día de trabajo en una industria de vidrios en Quilicura, ubicada en la Panamericana Norte: ahí deberá envasar frasquitos de perfume y pintura.
Agustín contó que sus nuevo empleadores fueron súper buena onda porque incluso le dijeron que "me podía quedar trabajando toda la vida ahí".
Como si eso fuera poco, calificó su sueldo de "muy bueno", gracias al cual podrá seguir pagando la pensión alimenticia de su hija de 17 años y estará en condiciones de recibirla el próximo año, si es que la muchacha decide vivir con su papá.
MAMÁ CHOCHA
Súper Taldo vive con sus padres en Conchalí y es el regalón de su mamá. María Elena Cardoza (80) está feliz porque su niño consiguió trabajo y no se arrepiente de haber denunciado a quienes lo engañaron al ofrecerle plata por ir a la TV a color.
"La tele usó a mi hijo como si fuera un títere", llegó a decir la señora que se la jugó para que Agustín superara sus problemas derivados del Síndrome de Tourette, y lo consiguió, ya que los espasmos y garabatos desaparecieron.
"Ella quedó feliz con la publicación. Yo siempre recorto las noticias que salen de mí, pero esta vez ella se la quedó y la guarda como hueso santo", contó Súper Taldo.
