Media hora antes de que comenzara el partido entre Colo Colo y Palestino, los porteros Álvaro Salazar y Paulo Garcés entraron a la cancha del Monumental a realizar el calentamiento previo. La ovación para Salazar retumbó en todo el estadio, aunque el verdadero vacilón se desató cuando Garcés agarró el balón.
Resulta que los peloteros eligieron el arco norte para hacer el trabajo de precompetencia con los clásicos ejercicios de elongación y remates al arco. El vacilón comenzó cuando Garcés se ubicó en el sector más cercano a "Cordillera" y debía enviar centros al portero debutante en este torneo.
Los más pesotes de la barra de Colo Colo no encontraron nada mejor que aplaudir de pie cada vez que el "halcón" tomaba la pelota con las manos. La dinámica era que Salazar lanzaba un balón y Garcés con seguridad lo enguantaba, lo que era aplaudido de forma irónica por los 30 mil hinchas que se dejaron caer en la Ruca.
FELIZ
A pesar de que el empate dejó con el caracho largo a los colocolinos, Salazar fue uno de los pocos que salió con un sonrisa del Monumental. El portero tenía la presión de defender el arco del Cacique y respondió con seguridad.
"No era fácil salir y ser titular. Se habló mucho e intenté darle la tranquilidad al equipo. Me encanta jugar en Colo Colo. Más que la presión, yo volví a jugar en mi casa", aseguró el meta.
El lolo también tuvo palabras para Garcés, quien se vio perjudicado con su titularidad.
"Paulo me dio su apoyo. Somos muy unidos, cuando lo hacemos bien, lo hacemos bien todos. Paulo es un gran arquero. Se va a reponer rápido de este momento. Se va a levantar rápidamente", verseó.
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