Compatriotas de entre 30 y 55 años llegan a pagar hasta 150 mil pesos por una noche en la que pueden cambiar de pareja. Se exige no involucrar sentimientos y el cuidado extremo.
Apenas llevaba un año de matrimonio cuando Cleopatra Carrasco (39) decidió dar el gran paso. Al poco tiempo de dar el "sí", su marido le propuso asistir a una fiesta privada en el sector oriente de Santiago. Se trataba de un evento swinger, donde podría compartir con otras parejas, conversar de lo humano y lo divino, y sí había química, tener relaciones sexuales con otro hombre. Su marido haría lo mismo sin darle espacio a los celos y cuestionamientos.
"Antes del primer encuentro pasé mucho tiempo fantaseando con mi esposo, pero después de cada fantasía me llenaba de cuestionamiento. ¿Cómo podía pensar en otro? ¿Era pecado? Después pensé 'yo soy adulta y mi esposo me está apoyando. ¿Por qué no probar?'", recuerda la mujer.
Existen dos tipos de fiestas swinger en nuestro país: las privadas, donde el ingreso es por recomendación y se realizan en casas con habitaciones destinadas al intercambio de parejas. Casi siempre es un evento con mucho para beber y comer, aunque la acción sexual no está garantizada ya que debe existir un consentimiento explícito. Es lo más parecido a una fiesta con amigos, pero que en algún momento se puede iniciar la conquista de la pareja vecina.
También están las fiestas más abiertas al público. Se realizan en clubes nocturnos que destinan días especiales para este tipo de dinámicas. En este caso la interacción es más fría, con solo un trago de cortesía y después de una breve charla se puede entrar a los privados. No es necesario ir en pareja, el ingreso puede ser con un amigo (a) y las edades rondan entre los 30 y 55 años.
En el caso de los intercambios, cada persona tiene su propio ritmo y fantasías. No es obligación tener sexo en la primera fiesta, tampoco puedes obligar a alguien a hacerlo contigo. El uso del preservativo es obligatorio. Incluso en algunos eventos se exige doble protección, con preservativo masculino y femenino. Todo deber ser muy cuidado y privado, por lo que las personas llegan a pagar hasta 150 mil pesos por parejas por una noche de diversión, que va desde las 23 horas a las 6 de la madrugada.
Han pasado siete años desde ese primer encuentro y Cleopatra es reconocida como una de la mujeres más influyentes del swinger en Chile. Al mando de "Swingers Queen", la mujer asegura que ha conocido a más de cien parejas dispuestas a llenar sus más bajos instintos en eventos que duran una noche y que tienen reglas claras. "Hay baile, hay música, hay juegos para adultos. Ahora, sí hay conexión o calentura con alguien más, se pasa a otro ámbito, en un privado e interactúan y lo que pasa ahí queda en la intimidad", revela.
Cleopatra asegura que su relación sentimental se mantiene intacta desde el primer encuentro y que nunca ha recibido cuestionamientos de parte de su marido por sentir placer en los brazos de otro hombre.
"Antes de iniciar una fantasía swinger, una pareja debe tener claro si su relación está afianzada. No funciona como un salvador de relaciones o solo para cumplir la fantasía del otro. El swinger no te va a arreglar el matrimonio, no te va a quitar la inseguridad. Cuando llegas al swinger es porque todo eso fue superado", analiza la mujer.
Las reglas de oro
"No es no": Ted Williams es chileno y ha llevado su vida en el intercambio de parejas a la literatura. En el libro "Los secretos del Swinger" asegura que el respeto es la clave del placer y nunca se debe obligar al sexo a una persona que no está cómoda.
El cuidado por sobre todo: El intercambio de fluidos puede exponer a los adictos al swinger a enfermedades de transmisión sexual, por lo que el uso del condón es obligatorio. No es transable bajo ninguna circunstancia.
Sin sentimientos: El sexo en el swinger es por sobretodo placer. Tanto propio como el de la pareja. Si estamos ahí es porque queremos una nueva dinámica de vida en pareja, por lo que el sexo con un tercero es casi por deporte.
Ser digno del swinger: El intercambio de pareja es considerado como un estilo de vida, una forma de ver la sexualidad libre, por lo que se exige que cada miembro debe tener una actitud intachable en los eventos y en su vida privada.
Nunca hablar del swinger: Tal como en la película "El Club de la pelea", la primera regla del swinger es nunca hablarás del swinger, ni de los integrantes de las fiestas. Está prohibido cualquier tipo de registro.