¿Tan difícil es entendernos?

Nosotras estamos en una lucha de igualdad. Optando a las mismas oportunidades laborales, desterrando las injusticias, erradicando para siempre la violencia y los femicidios.

El pendón que masivamente levantamos en cada calle de Chile el pasado 8 de marzo buscaba retorcer la mano a un "rol histórico" que por años nuestras abuelitas y madres tuvieron que aceptar. Y acatar.

Con la marcha multitudinaria estamos diciendo "no más" -no sólo a Chile- sino al mundo entero. Hoy todo cambió. El trato, la sociedad, el universo. Y nosotras, las mujeres, también. Hombres entiéndanlo bien; ya no somos sumisas ni lo seremos jamás.

Con millones de mujeres, hijas y madres cuesta entender que la lucha se haya iniciado tan tarde. Estamos en pleno Siglo XXI, lo que nos embiste de un protagonismo único en esta parte de la historia; y a su vez, nos da la posibilidad de traspasar a nuestros amados hijos una sociedad más justa, única e igualada.

Las mujeres no marchamos por una cuestión política, lo hacemos para conseguir justicia en todas las áreas en que hemos sido aplastadas por el machismo que ha cobrado varias víctimas.

No todas las caminantes pensamos igual. Es probable que en muchos temas valóricos y espirituales estemos en distintas veredas, pero todas las calles que habitamos nos conducen a un mismo horizonte final: el de decir BASTA.

Queremos que no nos despidan del trabajo cuando se acaba el fuero maternal. Queremos post natal para nuestras parejas y/o maridos. Sala cuna universal. Queremos que la justicia funcione cuando una de las nuestras es violentada. Pedimos y exigimos respeto; no comprensión ni menos compasión.

Que en una entrevista de trabajo, no se nos pregunte "si queremos ser madres". Queremos igualdad de salarios y de oportunidades laborales…

Y, por sobre todo, queremos vivir en paz y sin miedo a salir de nuestros hogares. Al 11 de marzo del 2019, en Chile se registran 11 femicidios consumados y 22 femicidios frustrados.

Me van a perdonar, pero para que nunca más en Chile vuelva a ocurrir, la justicia tendrá que hacer más profesional su rol de impartirla. De lo contrario, tendremos que seguir lamentando penas y tragedias inmerecidas. Señores, nuestra marcha continúa.

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