El sujeto habría desmembrado a su compañero de casa estando aún vivo.
Nuevos y escabrosos detalles se conocerion sobre el caso del hombre descuartizado cuyos restos aparecieron dispersos en la playa de Coquimbo. Un macabro diálogo habría delatado al presunto autor.
El miércoles recién pasado fue formalizado y enviado a prisión preventiva el único sospechoso del crimen, un sujeto apodado “El Lenguado”. El hombre era amigo y vivía con la víctima, identificada como Cristian Castillo Perines, de 26 años.
La Fiscalía le imputó el delito de homicidio calificado con ensañamiento. De acuerdo a los antecedentes, primero lo asfixió y estando aún con signos vitales comenzó a desmembrar su cuerpo para luego arrojar las partes al mar.
En la audiencia de formalización se reveló la declaración de un testigo clave: el hombre que prestó un serrucho eléctrico al presunto descuartizador.
El “chiste” que delató al presunto descuartizador
Según el testimonio, al que accedió diario El Día, días antes de la aparición de los restos en la playa, el imputado fue donde esta persona a pedirle su serrucho eléctrico. Accedió a regañadientes, temiendo que no se la devolviera.
Cuatro horas después llegó a entregarle la máquina y se percató de algunos detalles que resultarían reveladores.
El Lenguado venía con shorts y zapatillas completamente mojadas. En ese momento, también se dio cuenta que la herramienta venía dañada y parchada con huincha aisladora.
Al reclamarle, el sujeto le respondió en tono de talla: “Te puedo pagar unas monedas o te paso unas manos o patas si quieres”.
El chiste se le vino al tiro a la memoria, cuando se enteró de los restos humanos que pillaron en la playa. Asustado, fue donde un carabinero conocido y le contó la historia que terminó con la detención del sospechoso.
En la casa donde ocurrió el crimen encontraron sangre en el piso, en las paredes del baño, en una lavadora y en distintas prendas de vestir. Más tarde también se confirmó que la sierra eléctrica tenía sangre tanto de la víctima como del imputado.
Todos esos antecedentes se sumaron a un tatuaje hallado en un brazo de la víctima, que tenía la palabra “Cristian” y que ayudó a identificar al joven asesinado.
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