Es verdad, pudo haber sido muchísimo más grave, pero la tragedia que enlutó ayer al Twente holandés fue digna de película de thriller.
Sí, pues mientras un grupete de obreros le ponían color en las labores de enchulamiento del estadio De Grolsch Veste (donde hace de dueño de casa el mencionado team), el techo de una de las galuchas del recinto se vino abajo...
La catástrofe fue grandota, pues 14 titanes quedaron sepultados por los escombros. Trece salvaron sus vidas y están heridos de diversa consideración, pero uno de los malogrados murió.
Aunque la pérdida de una vida siempre es terrible, la cosa pudo ser mucho peor si la estructura se desplomaba un día de partido.