Teja a caníbal que le arrancó la lengua a su pololo con "beso del matarife"

Quinientos cuarenta y un días de pena remitida le tiraron a una mujer-caníbal que se comió carepalo y sin hacer arcadas la lengua de su pololo mientras le daba el apasionado, pero doloroso "beso del matarife".

El hecho ocurrió el 31 de marzo del año pasado tras una fiestoca cargada a los pencazos que se realizó en la localidad de Putre, en la Décima Quinta Región.

Pasadas las 3 de la madrugada de ese día, la condenada María Gómez Jirón, de 34 pepucias, cachó que no le entraba más copete y prefirió ir a acostarse antes de empezar a dar néctar.

Más encima, la comadre también se había agarrado con su novio, el peruano Jorge Rivera Medilla, así que se viró piolita.

Sin embargo, el perico, de 25 añolios, titulado de borracho profesional y con posgrado de odioso, siguió a la peuca hasta un hostal y, enceguecido por los celos, no encontró nada mejor que saltar una muralla y meterse a la cabaña.

Durante la investigación de los hechos se estableció que la socia se acarameló con el perico y que después lo mandó a freír monos porque se puso terrible caluga.

Debido a que el galán no pudo detener sus ansias de seguir besando y acariciando a la mujer, ella cortó por lo sano y decidió abrir su boca y juntar sus labios con los del Jorge, para que él le introdujera el músculo lingual moviéndolo como culebrita.

Sin embargo, se trataba de un sangriento plan en el que María se vengó de su pololo, comiéndole la lengua como si se tratara de una gomita.

CHONGO

Tras retorcerse de dolor con su boca bañada en sangre, el compadre se las emplumó a la posta local de Putre, donde llegó con el puro chonguito de lengua y acusó a la mujer con la policía.

Tras ser detenida, la agresora quedó en libertad a la espera de que fuera llevada a juicio oral.

Después de la investigación que realizó el Ministerio Público, el Tribunal de Garantía de Arica declaró culpable a la caníbal y la condenó a 541 días de pena remitida, onda que podrá cumplir la sentencia firmando.

La mujer alegó que actuó en defensa propia, pues el hombre habría intentado atacarla sexualmente, pero los jueces no le compraron ni una letra del cuento y la condenaron igual nomás.

Se estableció que María Gómez fue víctima de un ataque de ira o de un antojo caníbal en el que decidió castigar a su pololo a la moda africana.

R. Domínguez/ C. Godoy

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