En grave estado se encuentran internados en el Hospital de Los Andes dos de los tres miembros de una familia de San Esteban que el sábado se intoxicaron durante el almuerzo.
Tras consumir un salpicón criollo, Rolando Roldán Calderón (47), su conviviente Nilsa Gallardo Flores (38) y el hijo del dueño de casa, Cristián Roldán Aguilar (26), sintieron malestares estomacales, dolor de cabeza, vahídos y vómitos.
Una sobrina se percató de la situación y alertó a sus familiares. Cuando la parentela arribó al lugar observó con estupor que los moradores de la casa se encontraban en el suelo, saltando como poseídos, y serpenteando como culebras sobre sus vómitos y excretas, víctimas de atroces dolores.
Un ambulancia trasladó a los enfermos hasta el Hospital San Juan de Dios, donde ingresaron deshidratados.
Roldán y su pareja permanecieron hasta las 3 de la madrugada del domingo en el centro asistencial. Luego recibieron el alta, pero la mañana de ayer regresaron con los mismos síntomas. Cristián fue derivado hasta el Hospital San Camilo de San Felipe, donde quedó internado con diagnóstico grave y conectado a un respirador mecánico.
En un hecho que evidencia la gravedad de la situación, la parentela de los pacientes encontró muerta, junto a una olla que contenía los restos del tóxico salpicón, a la perrita "Perla", la mascota de la casa.
Personal de la autoridad sanitaria se llevó el cadáver del animalito para someterlo a un examen toxicológico.
La Cuarta se informó que en la tarde del domingo uno de los paramédicos que atendió a los pacientes también presentó síntomas de intoxicación.
FOSFATOS
Informaciones extraoficiales indican que la toxina que se mezcló accidental o intencionalmente con el salpicón puede ser un compuesto en base a fósforo, el mismo que se utiliza en los fertilizantes.
Haydé Soto, cuñada del dueño de casa, teme que el grupo haya sido víctima de un atentado, ya que Cristian Roldán cumplió una condena por narcotráfico y en la cárcel se hizo de muchos enemigos.
La investigación del caso quedó en manos del fiscal Ricardo Reinoso, quien ordenó a la SIP de la Tercera Comisaría de Los Andes y al Laboratorio de Criminalística de la PDI una serie de diligencias.
Los intoxicados habitan una ranchita de adobe, junto a varios hermanos del dueño de casa.