"Mucha fortaleza, valentía y aguante es lo que se necesita para vivir todo esto", señaló Verónica Aliste, presi de la Aldea Villa Hermosa de Talca, donde vive junto a otras seis familias, en mediaguas, tras el terremoto que le echó abajo su casa.
El temporal dejó la escoba en su casa, ya que igual no más entró el agua a su vivienda, donde está junto a su esposo, sus cuatro hijos y dos nietos de 3 años.
"Siempre lo pasamos mal con las lluvias. Imagínese que cada vez que alguien de la familia quiere ir al baño, debe pasar por el barro, bajo la lluvia y el frío; lo mismo ocurre si hay que ir a lavar los platos: Algunos deben caminar más de 10 metros para llegar al lavadero, que está cubierto apenas con un nilon. Una se moja entera", confesó.
Verónica vivía en una vivienda social en la población San Luis 5, pero luego del 27/F comenzó el calvario para estas seis familias: Tuvieron que vivir 60 días en carpas, hasta que en abril del año pasado fueron trasladadas a una "aldea", ubicada a pocos metros de sus destruidas viviendas.
La mujer agregó que "sería muy difícil vivir otro invierno aquí, por los niños que son los que más sufren con estas lluvias y el frío intenso que hay".
AFECTADAS
Verónica no fue la única afectada, ya, que según la Oficina Regional de Emergencias (Oremi) del Maule, 20 mediaguas sufrieron voladuras de techos y filtraciones de agua.
Para mejorar esta situación, hoy el Serviu lanzará un nuevo servicio de reparación y mantención de aldeas, que permitirá velar por un mejor funcionamiento de la infraestructura pública instalada en estos asentamientos.
En la Región del Maule aún quedan 395 familias viviendo en las denominadas "aldeas"; otros cientos de mediaguas están ubicadas en los terrenos de los damnificados que aún no pueden reconstruir sus casas.
LINYERITA ES LA PRIMERA VÍCTIMA DEL AGUACERO
El aguacero que afectó ayer al país tuvo consecuencias trágicas, ya que un linyerita falleció en la madrugada del domingo producto del frente de mal tiempo.
La víctima fue hallada sin vida en la calle Biobío, en el sector del Barrio Franklin de Santiago.
Quienes sí tuvieron refugio fueron cerca de 50 indigentes que durmieron en el estadio Víctor Jara, lugar que fue habilitado como albergue.
