No se necesita ser el “Chino Ríos”, tener una cancha de tenis o un compipa de juego para darle duro a la raqueta.
A Juan Jara, de 67 años, no le importa pasar como el tenista chiflado, que cada mañana se instala a jugar solo afuera del Parque Forestal. Es tan fanático de este deporte que creó a su propio compañero de juego: el “Tennis Partner”.
La joyita, que consiste en un elástico con pelota amarrado a una base, tiene a todo el barrio marcando ocupado, onda que hasta los turistas gringos ya le andan encargando el invento a Juanito.
"Juego Tenis Partner para mantener mi estado físico, pero la gente se me acerca y me pregunta si le puedo fabricar uno. Les cobro diez mil pesos", cuenta este hombre mientras está métale pelotazo con la raqueta.
Por algo le pasan gritando en la calle ¡buena, Chino Ríos!. Aunque, según dijo al diario pop, él es todo lo contrario al tenista profesional que no está ni ahí con nada. "El Chino puede tener talento, pero yo tengo la simpatía", sonríe el hombre de la comuna de Independencia.
BRASIL Y EL PATO
Pero no toda la vida Juanito ha sido un tenista solitario. Cuando era más cabro, hace como treinta años, conoció a Patricio Cornejo, quien trabajaba como promotor en la misma empresa que él. “Íbamos a jugar a la cancha de los patrones, cada sábado y domingo”.
Y aunque este abuelito deportista no se especializó como el entrenador profesional, igual se acostumbró a ponerle bueno a la raqueta. Por eso, adquirió el hábito de jugar en la calle.
“He jugado en el cerro San Cristóbal, en la Torre Entel, en el Parque O’ Higgins y en el Paseo Ahumada”, cuenta Juan.
Aunque, aclara que el Tennis Partner no es de su entera creación. A Juan Jara se le iluminó la ampolleta hace veinticinco años cuando viajó a Brasil y vio un juego similar.
“Se lo compré a mi hijo, pero después de un tiempo el aparato se gastó. Ahí se me ocurrió hacer uno”.
PLATITA
Después de jugar de 10.00 a 11.30 en el Museo de Bellas Artes, el tenista que anda más botado que un dedo, se va a trabajar a las 2.30 como conserje en un edificio en los alrededores de Escuela Militar.
Para Juanito, la vida todavía tiene pa' largo y su sueño es poder convertir su Tennis Partner en un negocio rentable. "Yo no vivo de esto, pero me he dado cuenta que es algo que me da beneficios económicos".
“Mi idea es encontrar un auspiciador, me imagino una marca de bebida o una casa de deportes (...) Yo pienso trabajar un par de años más y dedicarme a lo que me gusta, me ayudaria en parte a tener unos pesitos, ya que vivo solo con mi señora”, remachó con un as Juan.