Teresa Cofré: "El Káyser estaba celoso porque a mi sobrina le hacían más cariño"

Ni el eventual sacrificio del endemoniado perro "Káiser" mitigará el profundo dolor de la familia de Catalina Ramos Cofré, la bebita de diez meses que en la tarde del domingo murió producto del feroz ataque de la mascota de la casa.

El coludo se lanzó encima de la chiquitita y le mordió la cabeza hasta producirle la muerte, cuando estaba junto a su madre y una hermana mayor, de 22 años.

"REGALÓN"

Mientras el cuerpo de la angelita era velado en su casa de la población Manuel Plaza, en Puente Alto, su familia y cercanos aún se preguntaban por qué el cachupín mezcla de doberman con pastor alemán atacó tan brutalmente a la guagüita.

Nada está claro, pero la teoría que más esgrimen es la de los celos.

"El perro vive allí hace más de cinco años y era muy regalón. Yo creo que no se acostumbraba a la presencia de la Cata", señaló una vecina.

La tía de la menor, Teresa Cofré, refrenda el mismo argumento. "Yo me imagino que estaba celoso de mi sobrina, porque le hacían más cariño. No sé. También pudo ser que el movimiento de la guagüita en el andador gatilló que el  perro se le fuera encima. La cosa es que toda la familia está de acuerdo en sacrificarlo", señaló la tía.

Mary, otra vecina del sector, dijo que el perro actuó porque estaba acostumbrado a ser guardián y mostrar hostilidad.

"Como el espacio era pequeño, yo creo que estaba estresado y tuvo una reacción loca nomás", añadió.

APATÍA

La veterinaria y columnista de La Cuarta, Daniela Navarrete,  precisó que "si el perro estaba en un lugar poco estimulante y sin juguetes propios, eleva el nivel stress y apatía".

Agregó que tal vez el fiero coludo "alertó a la guagua con conductas como gruñidos, erizar el pelo o fijar los ojos... los bebés deben ser presentados al perro y siempre deben ser  supervisados".

El can fue trasladado desde el Departamento de Zoonosis de la Municipalidad de Puente Alto hasta el Instituto de Salud Pública (ISP), donde informaron que no pueden sacrificarlo sin una orden escrita de la familia, por lo tanto quedará en observación por un plazo de  10 días.

Ronald Henríquez M.

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