Terminó como Costanera, pero de playa

A puros glup, glup amaneció Santiago en la jornada de ayer por culpa del desborde del río Mapocho, que inundó un lote de calles aledañas a Avenida Andrés Bello y que transformó en pecera los estacionamientos del Costanera Center.

El agua con barro y algo de popó se metió con toda al subterráneo del edificio durante la noche, donde según el mismísimo papá mono del mall, Horst Paulmann, no había ningún auto, pero sí estaba el aparataje eléctrico que permite el suministro de los servicios básicos del lugar.

Por eso apenas aclaró, el alemán llegó a sumarse a las filas de sus empleados,  que trabajaron toda la noche para evitar que el desastre llegara a niveles de acabo de mundo.

Con botas e impermeable acarreó bolsas de arena para bloquear el paso del agua y comenzar el bombeo del agua con el objetivo de abrir el mall tipín 15 horas. Con el correr de las horas y tras evaluar la mansa embarrá decidió anunciar a la gallada que era mejor buscar otro panorama dominguero porque el Costanera estaba “out”.

“A la naturaleza hay que tenerle respeto”, señaló Paulmann y agregó que por ahora no piensa en compensaciones, sino que más bien en sacar el cuento adelante.

Agregó que en sus años de pega le han pasado muchas cosas, pero que tenía piel de elefante y que esto es un episodio más de su vida nomás.

DEBEN RESPONDER

La alcaldesa de Provi, Josefa Errázuriz, que también sacó su impermeable amarillo a la calle, señaló que la autopista Costanera Norte tenía que responder a los vecinos y a las empresas afectadas por todas sus pérdidas, porque a su juicio, debieron prever que una situación así podría darse, particularmente cuando se anunció un temporal de esta magnitud y estas características.

TURISMO AVENTURA

¡Y dale! Como cada vez que hay atados con las marejadas, incendios o un remezón de la Pachamama, no falta el fanático de la selfie o el amante del turismo-tragedia que sale a sapear.

Por si las moscas durante la emergencia, y de punto fijo, estuvo Carabineros cuidando a los aventureros, particularmente a un costado del Costanera Center que congregó gran cantidad de curiosos.

De paso, los uniformados cumplieron la labor de los triciclos y en una de las micros de la institución pasaron a la gallada de una ribera a la otra del río en que transformó la avenida Andrés Bello.

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