Dolor y gritos de pánico quedaron grabados en la jornada de ayer en Wimbledon.
Resulta que se jugaba el match entre la gringa Bethanie Mattek-Sands y la rumana Sorana-Mihaela Cirstea, cuando en una desafortunada jugada la primera subió a volear, pero su rodilla quedó clavada en el pasto.
"Ayúdenme, ayúdenme, por favor. Duele, duele mucho", fue el grito de la raquetera, en inglés claro. "Oh, Dios mío, Dios mío".
Su rival no dudó en cruzar la malla pa' ayudarla. Fueron cerca de 20 minutos donde la atendieron en unas de las canchas aledañas al court principal, para luego ser sacada en camilla y ser subida a una ambulancia, mientras la gente en la galucha se agarraba la cabeza a dos manos. ¡Ayyy!
El momento
[embed]https://twitter.com/PipeSierraR/status/883085186862329857[/embed]