Tiburones de tierra piden respiración boca a boca a Danielita

Daniela Luna Reyes es una hermosa joven de 23 veranos  que se atrevió a desafiar a los machotes como la única mujer salvavidas que tiene a su cargo resguardar desde hace un par de meses las bellas playas de la ciudad de Arica.

No es una pega más, sino que es titánica al considerar que por lo general son varones los que se echan encima la responsabilidad de resguardar la vida e integridad de los bañistas que día a día llegan a disfrutar de las cálidas aguas del litoral ariqueño.

Además no es llegar y ponerse el traje que alguna vez hizo famosa a la tetánica actriz gringa Pamela Anderson, ya que el visto bueno final lo da la Gobernación Marítima.

JORNADA

Para esta experta nadadora, que no está interesada en llegar a Hollywood "porque mi realidad está acá" y que además es matea de la carrera de Educación Física de la Universidad de Tarapacá (UTA), la pega como salvavidas comienza en la madrugada al desayunarse con una serie de ejercicios para evitar posibles acalambramientos si es que le toca darse un chapuzón de emergencia. Luego aterriza en la playa a las 9 de la mañana y no para hasta las 20 horas, de lunes a domingo. El centro de operaciones de esta "baywatch", está en el balneario "El Laucho".

FRESCOLINES

Muchas veces debe hacerlas de profe para enseñar a prevenir accidentes en el mar, porque no faltan los compipas más porfiados que almeja en paila marina que después de comida o de empinar el codo se las dan de nadadores olímpicos.

Igual le han ocurrido anécdotas, que obviamente no sucederían si fuera hombre.

La última "talla" es de hace dos semanas.

"Me encontraba en mi puesto cuando de repente unos muchachos comenzaron a pedir ayuda. Fui corriendo y al llegar vi botado en la arena a un lolito que aparentemente necesitaba respiración boca a boca. Y se la di, pero después me di cuenta que todo era una broma de mal gusto". El problema es que minutos otro tontorrón del lote sí sufrió un calambre y pese a las dudas, Danielita fue en su ayuda.

"También me sacan fotos los turistas, otros me regalan helados y son muchos los recados que me llegan invitándome a salir", confidencia.

Pero mejor que no hagan más intentos, porque su corazón por ahora tiene dueño: Un profe de Educación Física que la tiene satisfecha.

Maritza Cuito C.

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